Monumental repaso el que dieron los Celtics a los Heat a pesar de no poder contar los locales con Kevin Garnett, sancionado. Su sustituto, Glen Davis, en el interior, y Ray Allen, desde el exterior, martillearon a los de Florida, que pedieron por 29 y van por detrás en la serie por 2-0.
El puertorriqueño Carlos Arroyo fue titular en Miami, pero apenas brilló en un equipo en el que Wade estuvo demasiado solo.
Boston 106 Miami 77 (2-0)
Los Boston sin Garnett fueron más Celtics que nunca. Sorpresas da la vida. Salió Glen Davis en el quinteto inicial supliendo a KG y su brutal impacto en el juego estuvo acorde con su formidable corpachón de niño grande.
Davis destrozó a los Heat en la pintura con sus 23 puntos y 8 rebotes en 29 minutos de juego y Ray Allen se encargó de hacerlo desde el perímetro con su prodigiosa serie desde el triple (7 de 9) que le llevó hasta los 25 tantos.
Si a esto añadimos el sólido trabajo de Perkins en la pintura y la ágil organización del juego por parte de un Rondo que apenas tiró pero repartió juego a mansalva (8 puntos, 7 rebotes y 12 asistencias) no es difícil explicar una victoria tan holgada.
Un triunfo comodísimo que no se auguraba cuando los visitantes, tras un igualado primer cuarto, se adelantaban por 25-29 en el segundo. A partir de ahí apareció el rodillo demoledor de unos Celtics que endosaron en los 16 minutos siguientes un parcial de ¡44-8! a los visitantes, lo que hizo que mediado el tercer cuarto el marcador fuera 69-37.
Los célticos trazaron ese sensacional parcial primero a base de defensa -dejaron en 10 puntos al rival en el segundo cuarto- y más tarde por la vía ofensiva -endosaron 36 puntos a los Heat en el tercer acto-.
El resultado final (106-77) fue una afrenta para un equipo en el que Wade (29 puntos con 5 de 8 en el triple) estuvo demasiado solo. Apenas Beasley le apoyó en cierto modo y de lejos. El resto, nada. Incluido Carlos Arroyo, que en los 23 minutos que permaneció en pista hizo 4 puntos y 4 asistencias y estuvo errático en el tiro en juego (1 de 6).
Boston dominó el rebote y endosó a Miami 12 triples con un 60% de acierto en el tiro desde más allá del arco (los Heat no se quedaron cortos e hicieron un 9 de 18). Su victoria fue fácil, tan holgada que todos los suplentes que salieron -6- se permitieron el lujo de anotar algún punto. Habrá que ver si con Garnett se vuelve a repetir un partido así. Aunque suene a sacrilegio.