¡Qué delicia ver anoche a Carlos Delfino!, ¡qué modo de jugar!. El escolta argentino llevaba ya varios partidos apuntando maneras sobresalientes, pero ayer estuvo en auténtico estado de gracia. Sus 24 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias dieron el triunfo a los Bucks. Rozó la perfección.
Carlitos alcanzó un 38 de valoración en los 34 minutos que estuvo en cancha. Su eclosión, unida al enorme partido como director de juego de Brandon Jennings, resultó vital para que Milwaukee destrozase a unos decepcionantes Timberwolves, donde Jonny Flynn jugó bien, pero no pudo con Jennings.
Mientras, en Miami también hubo paliza, la que los Heat le propinaron a unos Kings que se están desinflando. Arroyo, Nocioni y Rodríguez jugaron pocos e intrascendentes minutos porque no están en los planes de sus entrenadores.
Finalmente, Cleveland ganó de milagro a Oklahoma City y Phoenix sufrió para derrotar a los Warriors.
Milwaukee 127 Minnesota 94
Delfino promedia en los últimos 5 partidos cerca de 20 puntos y más de 8 rebotes. El argentino ha adquirido la titularidad y parece no estar dispuesto a soltarla. Su entrenador, Scott Skiles, parece confiar ciegamente en él. Motivos sobrados le está dando.
Lo de Carlitos ayer fue simplemente célico. Con su aparente facilidad para el juego, parece que se está paseando por su casa, se mostró como un arma de destrucción masiva que colapsó todas las estancias de los Wolves.
El argentino sumó 24 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias y 2 robos con 1 sola pérdida de balón en 34 minutos en los que anotó 9 de sus 11 tiros de campo, incluidos 4 de 6 triples. Su valoración: 38. El mejor partido de su carrera NBA, días después de haber batido con 28 su récord de anotación.
Pero lo mejor fue verle. Infalible en el tiro exterior, agresivo en defensa, incisivo en las penetraciones, espectacular en las volcadas... Por recordar una, la que hizo en una contra en la que Jennings tiró a canasta a la carrera, el balón rebotó en el aro y Delfino, que venía también a la carrera, agarró arriba el rebote y se colgó del aro.
Junto a la explosión natural de un todavía joven Delfino, pudimos ver el talento natural de un todavía más joven Jennings, una auténtica joya. Porque este chico no solo anota, también dirige.
Su exhibición en los primeros minutos de partido, cuando ya se despegaron los locales, fue digna de recordar. Repartió el base 8 asistencias en los primeros 9 minutos de juego, un tiempo en el que los locales se colocaron ya 13 arriba merced a su sexta velocidad (en 9 minutos llevaban 12 puntos al contraataque por 0 del rival).
Junto a la genialidad de Jennings, ya surgieron entonces los más firmes indicios del partido que iba a hacer Delfino, se vio a un Bogut enchufado y a un Bell que anotó al inicio todos sus puntos de la noche -8-.
El segundo cuarto fue más tranquilo. Los locales aguantaron el marcador y se fueron 10 arriba al descanso, porque luego habría de llegar el derroche festivo más espectacular, el que ofrecieron los Bucks al anotar 72 puntos en la segunda parte, 42 de ellos en un último cuarto sin interés en el que los suplentes se sumaron a la fiesta (Warrick, que ya se había sumado antes, anotó 18 puntos en 17 minutos y Stackhouse firmó 14 y se le ve bastante bien).
Fue la enorme diferencia en el luminoso la que tal vez hizo que Delfino no alcanzara el primer triple-doble de su carrera NBA. Porque Delfino y Jennings fueron sustituidos por Skiles a 7 minutos del final, con el marcador ya en un concluyente 106-81 y con los casi 18.000 espectadores del Bradley Center rendidos a sus pies.
El equipo había rendido al máximo. Un 57,6% en el tiro de campo, 11 triples anotados, 36 asistencias (11 de ellas en el primer cuarto) y notable defensa.
En el otro lado de la cancha, decepción. El conjunto de Kurt Rambis no estuvo en competición. Jonny Flynn acabó con 20 puntos, pero no pudo con Jennings, Corey Brewer sumó 18 y Kevin Love hizo 17 con 12 rebotes. Al Jefferson, mientras, estuvo perdido, muy bien defendido por Bogut. Y eso también fue importante.
Miami 115 Sacramento 84
También hubo paliza en Florida, donde Miami destrozó a unos Kings que están de capa caída desde que se reintegró a la plantilla Kevin Martin, que anoche volvió a estar mal, bueno, para ser precisos, muy mal.
No funcionó Martin, Jason Thompson estuvo diluido y solo Tyreke Evans, Spencer Hawes y Omri Casspi superaron la decena y sin grandes números. La titularidad fue un desastre tal, que sumó los mismos puntos, 40, que la suplencia de Miami. Todo un dato.
El partido tuvo poca gracia. Miami ya ganaba de 20 al descanso y se fue de 28 al final del tercer cuarto. Un auténtico paseo en el que brillaron con luz propia Wade (27 puntos y 8 asistencias en 30 minutos) y Beasley (21 puntos y 13 rebotes).
Sacramento no se situó en la contienda en todo el partido y por no tirar bien no tiró bien ni los tiros libres, donde superó el 50% de acierto con dificultad. Sin amenaza exterior ninguna -2 triples en todo el partido-, con escasos argumentos en la pintura y con nulo sacrificio defensivo, el equipo de Paul Westphal hizo aguas. Y ese desastre, esa enorme diferencia en el marcador, hizo que jugadores como Carlos Arroyo y Sergio Rodríguez saltaran a la cancha.
Porque ayer, los 3 hispanos disponibles (Francisco García sigue en el dique seco) cumplieron un papel testimonial que demuestra el escaso peso que les dan sus entrenadores.
Spoelstra y Westphal pusieron a sus terceros bases -Carlos Arroyo y Sergio Rodríguez- en los últimos minutos del partido, minutos de la basura en los que se enfrentaron cara a cara y brillaron en la ofensiva. Arroyo jugó 6 minutos perfectos: 6 puntos, 2 asistencias y 1 robo sin pérdida, y 3 de 3 en el tiro doble. Rodríguez se fue a los 9 minutos en los que logró 5 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias.
Mientras, Nocioni sigue caído en desgracia y, a buen seguro, para un jugador de su calidad y competitividad esta situación se hace insostenible. Anoche, 8 minutos fue todo lo que tuvo. Y cumplió bien, al igual que Arroyo y Rodríguez. El argentino sumó 5 puntos y 2 rebotes.
Cleveland gana de milagro
Oklahoma City sigue creciendo. Anoche, sin ir más lejos, estuvo a punto de ganar a Cleveland en el Quicken Loans Arena, lo que hubiera sido un logro mayúsculo, pero se encontró con la genialidad de Gibson y James.
Daniel Gibson entró en los planes de Brown por las bajas de Mo Williams y Delonte West, y no defraudó. Anotó 13 puntos, pero lo más importante fue el triple logrado a 8 segundos del final con el que adelantó a los suyos (98-96) abriendo el camino de la victoria que selló en la siguiente jugada LeBron James taponando el intento de canasta de Kevin Durant. Un choque de trenes en el que LeBron impuso sus galones.
Porque James y Durant volvieron a brillar. LeBron acabó el partido (que finalizó 100-99) con 37 puntos, 9 rebotes, 12 asistencias y 6 triples y Durant hizo 34 tantos y 10 rebotes.
En Cleveland, también brilló el citado Gibson y un gran Shaquille O'Neal, que logró 22 puntos y en los Thunder también destacó Westbrook con 23 tantos.
Dragic, a ritmo de estrella
Phoenix derrotó a Golden State (112-103) en un partido harto complicado solucionado por los bases locales, sobre todo por Dragic. Steve Nash, más anotador ayer que pasador, acabó con 23 puntos y Goran Dragic hizo 20 y 4 robos en 26 espléndidos minutos, anotando ¡18 de esos 20 puntos en el trascendental último cuarto!. Además, Robin Lopez volvió a estar a un gran nivel.
Los locales tuvieron serios problemas hasta ese último cuarto que Dragic rompió y cerró, ya que hizo los últimos 7 puntos de los Suns. Fue en el momento de la verdad cuando se vio que los Suns son más equipo que los Warriors, que tenían bastantes bajas y una muy importante, la de Monta Ellis.
Maggette fue el máximo encestador visitante con 27 puntos, bien secundado por dos no habituales, Stephen Curry, que hizo 25, y Anthony Tolliver, que terminó con 19 y 11 rebotes.