Orlando Magic y Miami Heat, equipo en el que juega Carlos Arroyo, dejaron de un plumazo al estado de Florida sin equipos invictos en la temporada. Los Magic cayeron ante los Pistons de Villanueva y los Heat nada pudieron hacer ante la monumental exhibición de Steve Nash.
Pero para exhibiciones la que un día más protagonizaron los Celtics, que aniquilaron de manera inmisericorde (74-105) a Philadelphia.
Detroit 85 Orlando 80
Los Pistons de John Kuester acudían al partido capitidisminuidos por las bajas por lesión de Hamilton y Prince, pero fueron precisamente sus hombres bajos los que sacaron las castañas del fuego a la franquicia de Michigan.
La tripleta integrada por Ben Gordon (23 puntos con 11 de 11 en tiros libres), Rodney Stuckey (20 y 9 rebotes) y el suplente Will Bynum (otros 20) resultó clave en una victoria cargada de números contradictorios, ya que fueron los bajitos los que ganaron un partido en el que esos mismos bajitos fueron incapaces de anotar un solo triple (0 de 6 fue el balance local) y apenas fueron capaces de hacer circular el balón con criterio (8 asistencias entre todo el equipo).
Sin embargo, a pesar de esas curiosas cifras, resulta indiscutible el peso de los exteriores en el triunfo local. De hecho, tras estos 3 jugadores tan sólo se situó en la ofensiva el hispano Charlie Villanueva, que fue titular, jugó 29 minutos y acabó con 12 puntos y 8 rebotes tras encestar un pobre 3 de 11 en el tiro de campo.
La clave de un mal partido en líneas generales estuvo en la actuación de Dwight Howard, que más que una actuación fue una pesadilla en toda regla. El pobre no pudo jugar más que 17 minutos debido a la explosiva combinación de un hombro maltrecho y sus continuos problemas de personales. En esos 17 minutos se lastimó el hombro y cometió 6 faltas para acabar con 8 puntos y 5 rebotes y dejar huérfano a su equipo.
Con Howard entrando y saliendo a la pista como un alma en pena, los Magic perdieron su principal recurso y tuvieron que sobrevivir con lo puesto -Lewis sigue sancionado-. Vince Carter -15 puntos- y J.J.Redick -14- fueron su mejor asidero. Eso sí, insuficiente.
El partido no pasará a la historia de la belleza deportiva. Los locales anotaron el 37,5% de sus tiros y los visitantes el 36,7%. Y la gran diferencia estadística estuvo en las personales (Detroit cometió 17 y Orlando 30, de modo que los Pistons tiraron 38 tiros libres por 16 de su rival).
El dato curioso lo proporcionó el sueco Jonas Jerebko, que se convirtió en el primer jugador de su país en ser titular en un equipo de la NBA.
Miami 96 Phoenix 104
El otro equipo de Florida, Miami, también mancilló su inmaculada trayectoria. Lo hizo en partido de invictos, ya que los Suns tampoco habían perdido hasta la fecha.
Fue Phoenix quien sobrevivió a la estadística y lo consiguió gracias a un mago por el que parecen no pasar los años: Steve Nash. La leyenda canadiense sigue agrandando su figura cumplidos los 35. Anoche, prodigiosa exhibición de poderío técnico y mental: 30 puntos (25 en la segunda parte) y 8 asistencias, con 11 de 15 en el tiro de campo, incluidos 4 de 5 triples. El que fuera MVP de la liga acumula en este inicio de temporada unos promedios de 21,5 puntos y 12,5 asistencias con impresionantes porcentajes de lanzamiento. Fastuoso.
Con un armador así es fácil hacer equipo. Amare Stoudemire hizo 16 puntos y 11 rebotes, Jason Richardson alcanzó los 14 y Grant Hill reboteó con brío. Y los Suns suman 4 victorias consecutivas.
Las suman gracias al esfuerzo de Nash en la parte final del partido, que llevó a los suyos a sumar un 15-29 en el cuarto final. Un dato demuestra la intensidad de los de Arizona: hasta 7 jugadores taponaron para sumar 11 chapas.
En Miami, Carlos Arroyo sigue demostrando que se ha involucrado con celeridad en la dinámica del equipo. Ayer firmó 5 puntos y 4 asistencias en 14 minutos de juego. Wade fue el máximo anotador local con 23 puntos -a los que añadió 9 rebotes y 7 asistencias-, Quentin Richardson sumó 18 con 10 rebotes y Haslem atrapó 13 rebotes.
Boston dispensa otra lección
Los que no están para tonterías son los Celtics: 5 partidos, 5 victorias. Esta vez, nuevo triunfo apabullante. La víctima, Philadelphia (74-105).
Fue un goteo constante. Los bostonianos dejaron al rival en 17, 19, 18 y 20 puntos en cada cuarto y la diferencia en el marcador se fue elevando según acababan los períodos a +2, +8, +15 y +31 tras sumar un último parcial de 20 a 36.
Pero lo más demoledor es que tamaña exhibición no requirió más que una extraordinaria defensa. De hecho, jugadores básicos como Ray Allen (5 puntos) y Kevin Garnett (3 tantos) apenas aportaron nada en ataque.
Los reyes, esta vez, fueron Paul Pierce (21 puntos) y un lujo llamado Rasheed Wallace (20 puntos en 24 minutos con 6 de 8 en el triple). Y los suplentes, claro, en general, que anotaron 62 puntos.
Un dato resulta espeluznante: los locales anotaron 1 de 16 triples y los visitantes 14 de 20. No hay palabras.
El Wachovia Center enmudeció y sólo Iguodala salvó sus números con 17 puntos.