La decisión está tomada. Bruce Bowen, una de las grandes pesadillas de los mejores jugadores de perímetro de la liga, cuelga las zapatillas. El jugador ha convocado una rueda de prensa esta misma tarde en la que anunciará oficialmente a los medios su decisión.
A sus 38 años y tras haber abandonado el equipo en el que ha vivido sus mejores momentos y conseguido sus 3 anillos de campeón, los Spurs, al veterano Bowen no parecían quedarle motivos para seguir en la liga, que pierde así a uno de los mejores especialistas defensivos de la última década.
Traspasado por San Antonio a Milwaukee este verano para facilitar la llegada de Richard Jefferson a Texas, los Bucks le cortaron el 1 de agosto y ahora, el considerado por muchos como el hombre más duro de la NBA ha decidido que es hora de dedicarse a otros menesteres.
El jugador aseguraba esta mañana sentirse “feliz” por la decisión tomada, una decisión que no le ha resultado difícil porque “tenía que suceder”. “Eres un Spur”, le dijo su técnico Gregg Popovich cuando se supo su traspaso y como tal ha querido retirarse.
Un duro entre los duros
Bruce Bowen llegó tarde a la NBA, con los 25 años cumplidos, pero eso no le impidió hacerse poco a poco un hueco en la liga. En la que oficialmente fue su primera temporada, la 96-97, apenas jugó 1 minuto en un único partido con los Heat de Miami.
Al año siguiente, disfrutó de bastante más tiempo de juego en Boston sin llegar a consolidarse en la temporada siguiente. Todo parecía indicar que Bowen, un hombre limitado técnicamente, sería uno más de esos hombres que entran y salen de la liga durante unos años hasta terminar por desaparecer en el más completo de los olvidos.
Pero un hombre se cruzó en su camino, Gregg Popovich. En la temporada 2000-01, Bowen despuntó en las labores defensivas de Miami, a donde había regresado, y consiguió ser nombrado en el segundo quinteto defensivo de la liga. Al año siguiente llegó a los Spurs y Popovich decidió convertirle en el perro de presa del perímetro de San Antonio.
A partir de ahí, 8 temporadas con los texanos, todas menos la última como titular indiscutible, 3 anillos de campeón, 5 presencias consecutivas en el mejor quinteto defensivo de la liga (de la temporada 2003-04 a la 2007-08) y otras 2, sus primeras 2 temporadas con los Spurs, en el segundo.
Correoso como pocos, duro hasta ser considerado sucio por muchos de sus rivales, Bowen ha representado como pocos el papel de especialista defensivo en la NBA haciendo la vida imposible a algunos de los mejores jugadores de la liga y sabiendo también aprovechar la escasa atención de los rivales sobre él en el otro lado de la cancha (en 2002-03 lideró la liga en porcentaje de triples anotados).
Su camiseta no se retirará ni recibirá un homenaje en el AT&T Center, pero no cabe duda de que los Spurs tienen mucho que agradecer al hombre que durante muchos años se ha encargado de hacer un trabajo tan necesario y rentable como desagradable en uno de los mejores equipos de la primera década de este siglo.