Pau Gasol ha alcanzado por segundo año consecutivo la final de la NBA, un logro que está al alcance de muy pocos jugadores. Los Lakers regresan a la lucha por el anillo y lo hacen más preparados teóricamente que el año pasado. “Siento que éste es nuestro momento”, afirma Pau.
El ala-pívot catalán sabe que está cara a cara ante uno de los momentos más importantes de su carrera baloncestística y ese conocimiento de la situación se desprende de las declaraciones que ha efectuado a la Agencia Efe.
“Siento que éste es nuestro momento, sin duda, pero vamos a tener que luchar muchísimo”, ha dicho el jugador, que quiere quitarse la espina del mal sabor de boca que dejó en él y sus compañeros la debacle en el sexto partido de la pasada final ante los Celtics, cuando los bostonianos se llevaron el anillo pasando por encima de los Lakers (131-92).
Aquello no está olvidado, ni mucho menos. De hecho, puede servir de acicate para que los angelinos saquen a relucir su calidad y experiencia ante unos inexpertos Magic, en lo que ni un solo jugador de su plantilla se ha visto nunca en tan alto compromiso como éste.
Mejor preparados que el año pasado
Todo indica que los Lakers están mejor preparados que el año pasado. Por muchos motivos: Gasol está perfectamente ensamblado en el juego del equipo (el año anterior llevaba pocos meses en él), Bynum, aunque a bajo nivel, está disponible, Ariza está perfectamente en lo físico y está rindiendo a gran nivel y el equipo tiene un año más de experiencia y de conocimiento de sí mismo.
Gasol lo tiene claro: hay notables diferencias de una temporada a otra. “El año pasado fue todo sobre la marcha, era todo muy bonito y nuevo, pero creo que no estábamos preparados para ganar a Boston”, dice.
Frente a esa falta de preparación, el internacional español cree que “ahora estamos bastante mejor a nivel mental y a nivel físico, hemos sufrido más en los playoffs y eso que creo que nos ha hecho más fuertes”.
Marcaje a Howard
Pau volverá a tener una bestia a su lado. Si el año pasado le tocó bailar con la más fea, el Kevin Garnett más hambriento que se recuerda en busca de su primer título, ahora le tocará lidiar contra el jugador más físico de la liga, Dwight Howard, al que Gasol aventaja de forma clarísima en técnica individual y conocimiento y visión de juego, pero ante el que poco puede hacer a nivel corporal.
Sin embargo, es Gasol el único jugador que se puede emparejar con cierto éxito en defensa ante Howard, aunque parece que Jackson no está dispuesto a quemar al español en exclusiva, ya que le necesita, y mucho, en ataque.
Todo apunta a que Bynum y Gasol se alternarán en la defensa de Howard, siempre que Bynum no caiga en su habitual ejercicio consistente en cargarse de personales.
Ante el poderío físico de Howard, Phil Jackson planea poderosas ayudas defensivas en las que jugarán importantes papeles Odom y los jugadores exteriores.
Gasol reconoce que Howard “es un jugador único”, pero cree que la clave no estará tanto en el emparejamiento con el pívot como en que los Lakers se apliquen en la circulación del balón y alcancen fluidez en su ofensiva a base de juego colectivo.
Unos grandísimos playoffs
Transcurridas ya 3 rondas eliminatorias se puede decir que Gasol está completando la mejor postemporada de su carrera en la NBA. Sobre todo, porque jamás reboteó mejor. Y es que su crecimiento en los tableros ha sido sobresaliente, tal y como demuestran los 9 dobles-dobles consecutivos que acumula con puntos y rebotes. Un logro sólo superado en los últimos años en los Lakers por el gran Shaquille O'Neal.
En los 18 partidos disputados, Gasol promedia 18,2 puntos, 11,3 rebotes, 2 tapones y 2,6 asistencias con un 57,4% en el tiro de campo. Todo ello le da una valoración por partido de 25,7 en 39,9 minutos de juego.
Ese poderío reboteador y defensivo se incrementó aún más en la serie contra los duros Denver, que poseen expeditivos jugadores interiores como Nené Hilario, Kenyon Martin o Chris Andersen. Contra ellos, el español se fue hasta los 17,5 puntos, 12,3 rebotes, 3,5 asistencias, 2,3 tapones y 1 robo de balón con un 63,3% en el tiro doble.
Lo que parece claro es que el español alcanza esta segunda final en su madurez deportiva -28 años- y con un equipo que, con altibajos, ha ido creciendo hasta firmar una temporada regular con 65 victorias. Y es que los Lakers son los favoritos. Ahora tienen que confirmarlo.