José Juan Barea quiere ganar terreno en la rotación de Dallas Mavericks, y algunos medios de comunicación locales creen que lo puede conseguir. El gran objetivo es convertirse en el segundo base del equipo para poder salir a la cancha con el fin de dar descanso a Jason Kidd.
En el Dallas Star-Telegram, el periodista Jeff Caplan habla del jugador hispano y de la posibilidad que tiene de variar su rol en el equipo y ganar minutos en la pista. Y es que todo parece indicar que en su tercer año en el equipo texano, Barea puede empezar a dejar atrás los prejuicios existentes sobre su juego por tratarse de un jugador de corta estatura y haber llegado a la NBA sin haber sido drafteado.
La ventaja que tiene Barea es que ya conoce perfectamente la ciudad de Dallas y el organigrama del club. Ahora sólo le queda adaptarse al nuevo técnico de los Mavs, Rick Carlisle.
Buena impresión de Carlisle
Algo tiene ganado tras su trabajo con el nuevo entrenador en lo que va de pretemporada. Carlisle destaca el juego ofensivo de Barea, del que dice que “hace buenas cosas ofensivamente”. A ese buen concepto de Carlisle sobre el ataque del base hispano se suman las impresiones de los técnicos que rodean al entrenador jefe.
Estos se muestran un poco contrariados con algunas decisiones del armador puertorriqueño a la hora de lanzar de 3, pero están complacidos, por el momento, con el trabajo que está desarrollando en materia defensiva, algo destacable si se tiene en cuenta que esta faceta del juego es una de sus grandes debilidades.
Los técnicos consideran que esa teórica fragilidad defensiva de Barea se puede compensar con esquemas defensivos simplificados que eviten emparejamientos desequilibrados y que a la hora de adaptarse a esos sistemas el internacional boricua puede aprovecharse de su gran velocidad.
Los Mavericks quieren un juego controlado
Otro capítulo del juego que está favoreciendo el crecimiento de Barea es su tendencia a controlar un poco más su vivo juego de ataque. En los 3 partidos de pretemporada que ha jugado hasta la fecha ha disputado una media de 19,3 minutos en los que ha repartido 3,7 asistencias y sólo ha perdido 1,3 balones.
Este dato es muy importante, ya que Carlisle, según explica Jason Kidd, desea que el equipo juegue sólido en ataque, cuidando las posesiones y reduciendo al mínimo los pases de alto riesgo. Es decir, apuesta sin ambages por el juego simple y controlado.
Minutos en la pista
El objetivo de Barea debería ser captar los minutos que deje libre Jason Kidd, que no serán muchos, ya que todo apunta a que el base podría descansar el equivalente a un cuarto (12 minutos) o algo más.
Es cierto que algunos de esos minutos los podría ocupar Jason Terry, que es un jugador que se desenvuelve como escolta pero que también tiene capacidad de jugar como organizador. Pero todo apunta a que la mayoría de esos minutos que Kidd dejaría vacantes podrían ser para Barea, que está por delante en la rotación de Keith McLeod, un base que bastante tendrá con entrar entre los 15 jugadores que configurarán la plantilla durante la temporada regular.
Para hacerse con ese puesto como segundo base, el armador hispano habrá de mostrar una gran solidez en su juego, y en eso está. “Sé que el entrenador me va a dar algunos minutos de juego, así que lo mejor es estar preparado”, ha advertido Barea, que afronta con optimismo su tercera temporada en la mejor liga del mundo.