Los Lakers aumentaron su crédito como aspirantes al título, tal y como lo hiciera ayer San Antonio. Ambos equipos se han colocado con 3-0 en sus series y se vislumbran como firmes candidatos a jugar la final de la Conferencia Oeste. Aunque en el 'Salvaje Oeste' pueda ocurrir cualquier cosa.
Ese crédito lo incrementaron los angelinos al derrotar cómodamente a los Nuggets en Denver (84-102) y hacerlo a base de un más que respetable trabajo defensivo, que se tornó brillantísimo a la hora de parar a las dos estrellas rivales, Allen Iverson y Carmelo Anthony.
Iverson y Anthony sumaron 31 puntos, 15 el primero y 16 el segundo, y concluyeron los 48 minutos con una nefasta serie de tiro de 10 de 38. Especialmente lamentable fue el encuentro de Melo, ya que logró 5 canastas de 22 lanzamientos y sólo dio 1 asistencia, una ratio intentos de canasta-asistencias impresentable para un jugador que quiere convertirse en una auténtica estrella de la liga, un estatus al que no se llega sólo con la estadística pura y dura, sino más bien con el liderazgo y la capacidad de hacer mejores a tus compañeros.
Pero la defensa del equipo de Phil Jackson fue mucho más que un gran plan para parar a Iverson y Anthony. El conjunto californiano dejó en 84 puntos a un equipo cuya media de anotación en la temporada ha sido de 110 y que en un partido llegó a anotar 168 puntos. Y ése es un dato que habla por sí mismo de una gran labor conjunta, de un sacrificio desarrollado en todas las partes de la cancha.
A esa formidable labor defensiva se le unió una mala noche en el tiro de los hombres claves del equipo local, que terminaron frustrados, tal y como demuestran las amargas declaraciones de Carmelo Anthony a la conclusión del choque. Esa frustración se trasladó a las gradas del Pepsi Center. Rostros desolados, miradas perdidas. Los aficionados se llevaron anoche un gran varapalo. Su equipo ni siquiera va a poner en aprietos a estos Lakers que ilusionan.
El juego inteligente de Bryant
Los Lakers lograron el triunfo sin contar con el mejor Gasol ni con el mejor Odom. No los necesitaron, aunque ambos jugadores ofrecieron sus aportaciones al equipo.
Tampoco necesitaron a un Bryant estelar, si bien la actuación del escolta de Filadelfia fue más que notable y, sobre todo, muy inteligente. Bryant fue el máximo encestador del partido con 22 puntos, a los que añadió 7 rebotes y 8 asistencias. Un partido muy completo cuyo único lunar fue el 1 de 8 que firmó en los triples.
El segundo jugador más destacado fue el suplente Luke Walton, que está haciendo una serie espectacular. Anoche volvió a rendir a un gran nivel (15 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias con gran acierto en el tiro).
Gasol concluyó con 14 puntos, 5 asistencias y 3 tapones en 37 minutos, aunque tuvo una importante laguna en el rebote (sólo atrapó 3) y su rendimiento fue irregular (13 puntos en los dos primeros cuartos y 1 en los dos siguientes). También destacaron las actuaciones de Fisher, que anotó triples muy importantes para irse a los 14 puntos, y Farmar y Vujacic desde la segunda unidad.
En Denver, sólo Kleiza se salvó de la quema (15 puntos y 9 rebotes). Camby estuvo bien en los tableros (12 rebotes), pero se fue sin anotar. El resto, más bien grises.
El mexicano Nájera cuajó un buen partido en ataque, pero tuvo bastantes problemas de personales, motivado en gran parte por su trabajo en defensa sobre Gasol. El de Chihuahua hizo un buen partido en defensa y acabó con 7 puntos y 3 asistencias. En 19 minutos cometió 6 faltas.
Tercer cuarto decisivo
El tercer parcial del partido fue decisivo. Bryant empezó caliente el cuarto y 9 puntos suyos en 4 minutos de juego llevaron el luminoso hasta un cómodo 51-69 cuando se alcanzaba el ecuador del período. George Karl solicitó entonces un tiempo muerto y su equipo reaccionó hasta un esperanzador 59-69. Parecía que los angelinos iban a sacar a relucir otra vez su único gran fantasma, esa relajación que les hace, a veces, no matar los partidos con mayor rapidez y contundencia. Pero no fue así. Phil Jackson pidió también un tiempo muerto y de ese corrillo partió el desenlace del encuentro. Los Lakers se fueron hasta un concluyente 61-78 volviendo a las diferencias existentes cuando Karl pidió su tiempo muerto. Este extraño vaivén concluyó con una técnica a Carmelo Anthony. Y poco después finalizaba el tercer cuarto con un esclarecedor 64-83 en el electrónico. La suerte estaba echada.
El último cuarto sirvió de poco. De hecho, Iverson vio gran parte del mismo sentado en el banquillo con una expresión en su rostro que delataba la desilusión que le corroía por dentro. Una canasta de Walton llevó la ventaja a más de 20 puntos mientras la afición local se desinflaba. Hubo, por lo tanto, bastantes minutos de la basura, minutos que sirvieron a Denver para intentar maquillar algo el resultado y a Phil Jackson para sacar a pista a Turiaf, que había causado baja en el anterior partido debido a una afección en la garganta.
Un apartado del juego resume con claridad la diferencia de concentración exhibida por ambos equipos. Los Lakers robaron 9 balones y tan solo perdieron 8, mientras que el conjunto de Colorado recuperó 3 posesiones y perdió 16. Cifras harto elocuentes.
Denver Nuggets 84 Los Angeles Lakers 102 (0-3) DENVER: Iverson (15), Anthony (16), Kleiza (15), Martin (12), Camby –cinco inicial- Smith (11), Nájera (7), Carter (2), Nené (4), Diawara (2), Atkins y Hunter. |
L.A. LAKERS: Fisher (14), Bryant (22), Radmanovic (5), Odom (12), Gasol (14) –cinco inicial- Walton (15), Vujacic (9), Farmar (9), Mbenga (2) y Turiaf. |
Parciales: 20-23, 26-30, 18-30 y 20-19. |