Los Magic derrotaron a los Raptors en el primer partido de su serie eliminatoria por 114-100 y toman ventaja en el enfrentamiento, tal y como vaticinaban casi todos los pronósticos, dado, sobre todo, el pobre final de temporada regular que ha protagonizado el equipo canadiense.
Un porcentaje muy elevado de la victoria se fraguó en el primer cuarto. Orlando saltó a la pista del Amway Arena como un tiro, queriéndose comer el mundo, muy al contrario que su rival, Toronto, que pareció salir dormido. Ese modo opuesto de afrontar el inicio de la serie a 7 que enfrenta a estos dos equipos provocó un terremoto de considerables dimensiones en los primeros minutos. Los Magic eran favoritos, pero el primer cuarto del partido no representa la diferencia real existente entre ambos conjuntos.
El marcador reflejaba tras los primeros 12 minutos un escandaloso 43-23 tras un bombardeo sin precedentes desde la línea de 3 por parte de los de Florida, que enchufaron en ese primer período 9 triples de 11 intentos. Una cifra que demuestra que los locales alcanzaron un nivel de acierto absolutamente increíble, pero que también pone de manifiesto la penosa defensa de perímetro ejercida en esos minutos por el equipo de Sam Mitchell, cuyas dudas como entrenador las sigue trasladando, día a día, a sus jugadores.
Howard, una roca imparable
El principal problema de Toronto fue su pánico a Howard, un jugador contra el que no tienen un antídoto. Mitchell metió centímetros en su quinteto titular, ya que Bargnani participó en él en lugar de Moon, incomprensiblemente olvidado hasta el punto de sólo jugar 5 minutos en todo el partido. La obsesión por Howard se tradujo en una defensa muy cerrada, lo que favoreció el bombardeo de los locales desde posiciones cómodas más allá del arco. Y los triples fueron cayendo como una tormenta de granizo sobre Toronto.
Cuando los triples dejaban de ser un problema, el problema se reproducía en el interior de la zona, donde cada vez que le llegaba un balón a Howard, éste se convertía en un ser imparable. El joven pívot de los Magic terminó el partido con 25 puntos, 22 rebotes y 5 tapones, unos números impresionantes.
Mientras Van Gundy y los suyos seguían el guión de toda la temporada, Mitchell se ponía a experimentar en plenos playoffs. El entrenador que anoche ninguneó a Moon, es el mismo que no sabe qué hacer con sus bases, sube a un altar a Kapono o a la semana siguiente le destrona, infrautiliza a Delfino en más de un encuentro, borra del mapa a Humphries o no hace ningún caso durante gran parte de la temporada a Nesterovic para convertirlo en la recta final de la misma en pieza indispensable de su sistema de juego.
Los de Van Gundy tienen todo mucho más claro. Disponen de tres estrellas -Howard, Turkoglu y Lewis-, bien estratificadas y sin solapamientos, que gozan de un buen equipo a su alrededor. Y además, anoche, recuperaron al talentoso Jameer Nelson (24 puntos y 7 asistencias), que habían estado desaparecido buena parte de la campaña. El base fue un hombre importante, como lo fue, una vez más, el turco Turkoglu (21 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias).
El resultado de todo ello se empezó a ver a partir de ese primer cuarto en el que Ford, Bosh y compañía se vieron desbordados por el aluvión local. Esos 20 puntos de déficit inicial hicieron que Toronto siempre fuera a remolque y que bastante hiciera con engancharse por momentos al partido. Eso sucedió, sobre todo, cuando los visitantes se pusieron a 5 puntos (88-83) a falta de 10:24 para el final del partido. Pero fue entonces cuando resurgió el mejor Orlando y el mejor Howard. Y un parcial de 10-0 con 6 puntos del pívot acabó con los sueños de Calderón y Delfino.
Hubiera sido traumático que un equipo que termina con un 37,6% en el tiro de campo hubiera ganado a otro que concluye con un espléndido 53,2.
Papel discreto de los hispanos
En el lado de los perdedores, Calderón hizo un papel digno al anotar 9 puntos y ofrecer 8 asistencias sin péridas de balón. Aunque tiró mal a canasta, el español jugó más que Ford, un base que volvió a sembrar dudas en cuanto a su rendimiento en playoffs después de que el año pasado su participación ante los Nets fuera bastante pobre. Y jugó el armador extremeño más tiempo que el organizador texano a pesar de estar en inferioridad física. El jugador español sufrió un tirón en el cuello antes de empezar el partido y no pudo hacer la rueda de calentamiento. Antes y después del encuentro fue tratado por los fisioterapeutas de su equipo.
Mientras, el argentino Delfino apenas jugó 15 minutos y no aportó casi nada. No fue la noche del santafesino, un jugador que debería tener aún más minutos en un equipo en el que anoche destacaron Parker (24 puntos), Bosh (21) y Nesterovic (16 puntos y 8 rebotes) entre los titulares y Kapono (18 tantos) entre los suplentes.
Por Orlando, el puertorriqueño Carlos Arroyo se limitó a ver el partido desde el banquillo sin poder intervenir, cerrado por las grandes actuaciones del ya mencionado Nelson y de Dooling, que logró 10 puntos en 17 minutos.
Orlando Magic 114 Toronto Raptors 100 (1-0) ORLANDO: Nelson (24), Evans (14), Turkoglu (21), Lewis (13) y Howard (25) -cinco inicial- Bogans (7), Dooling (10) y Foyle. |
TORONTO: Ford (5), Parker (24), Bargnani (5), Bosh (21) y Nesterovic (16) -cinco inicial- Kapono (18), Calderón (9), Delfino (2), Moon, Humphries y Graham. |
Parciales: 43-23, 17-24, 25-28 y 29-25. |