Cleveland Cavaliers 93 Washington Wizards 86 (1-0)CLEVELAND: West (16), Szczerbiak (8), James (32), Wallace, Ilgauskas (22) - quinteto titular - Gibson (11), Varejao (2), Brown (2) y Smith. |
WASHINGTON: Daniels (4), Stevenson (3), Butler (14), Jamison (23), Haywood (15) - quinteto titular - Arenas (24), Songaila (3), Mason y Blatche. |
Parciales: 19-24, 27-22, 19-23, 28-17. |
Cleveland se impuso en su primer enfrentamiento a Washington (93-86) en un partido muy físico, muchas de cuyas acciones rayaron la marrullería. LeBron James fue el principal artífice de la victoria anotando 20 de sus 32 puntos en la segunda mitad.
Es el tercer año consecutivo que Cavaliers y Wizards se encuentran frente a frente en las eliminatorias de la fase final y parece que en este caso el roce no ha traído el cariño tras de sí. Por lo visto ayer sobre la pista y lo escuchado en boca de algunos jugadores de los Wizards en los últimos días, parece haber muchas cuentas pendientes entre los jugadores de ambos equipos.
El partido estuvo muy equilibrado hasta que en la segunda mitad LeBron James tomó el mando de los suyos para conducir a su equipo a una victoria facilitada por la falta de acierto de los Wizards en los momentos finales: 10 tiros fallados y sólo 2 puntos anotados fue su bagaje en los últimos 4 minutos y medio.
La táctica de Washington: acoso y derribo a James
Los hombres de Eddie Jordan parecen tener muy clara su estrategia para enfrentarse a los Cavaliers. Lástima que sus planes se alejen de lo que algunos consideramos baloncesto para acercarse más a algo que tal vez pueda agradar a los aficionados a la lucha libre pero no a quienes gustan del deporte de la canasta. Anoche los Wizards parecieron tener un único objetivo: acosar y derribar a LeBron James.
Que conste que cuando hablamos de acoso y derribo no lo hacemos en un sentido figurado sino en el sentido más literal que pueda darse al término dentro de las reglas - o más bien al filo de ellas en muchas ocasiones- que rigen un partido de baloncesto. Tanto empeño pusieron en ello que lo lograron y a LeBron le tocó en varias ocasiones ver el parqué del Quicken Loans Arena más de cerca de lo conveniente.
Cada esfuerzo por desmarcarse, cada entrada, cada intento de James de conducir el balón hacia el interior de la canasta le suponía recibir toda serie de contactos y golpes por parte de la defensa de Washington ante la excesiva permisividad de los árbitros del encuentro. Tal vez los Wizards, conscientes de los problemas de espalda del alero de Ohio, pretendan desgastarle a base de golpes, pero si es así sólo podemos confiar en que tan mezquina y poco deportiva táctica les funcione igual que lo hizo ayer, o sea, mal.
110 kilos difíciles de intimidar
A pesar de todos los intentos del rival por frenar a palos a la estrella local, LeBron no dejó de hacer su juego. No hay más que verle para ver que es una roca y que no resulta fácil intimidar a esos 110 kilos de puro músculo que James desplaza con una velocidad, una explosividad y una capacidad creativa cuando está cerca del aro que hacen casi imposible detenerlo.
Hubo un momento en que pareció que James se iba a dejar arrastrar por las tácticas marrulleras de sus defensores. Fue cuando en el último segundo de la primera mitad un bloqueo en falta de Haywood en el medio campo le derribó al suelo y el pívot de Washington, en un gesto poco deportivo, quedó de pie con el alero tumbado entre las piernas y en vez de apartarse para facilitar que James pudiera incorporarse prefirió quedarse quieto de forma desafiante. A LeBron no le gustó el gesto, se revolvió y la cosa acabó en una trifulca entre los jugadores de ambos conjuntos que se saldó con técnicas para Haywood, Jamison y el propio James.
Los jugadores se retiraron a continuación al vestuario, con empate a 46, lo que ayudó a enfriar un poco los ánimos, aunque la temperatura de los mismos fue alta durante las 2 horas y 45 minutos de tiempo real que duró el encuentro.
También hubo baloncesto
Es triste decirlo, pero a lo que nos lleva el estilo de juego que los Wizards pretenden imponer en esta eliminatoria es a que hasta aquí prácticamente no hayamos hablado de baloncesto, de canastas, de jugadas, de espectáculo deportivo y no barriobajero, que es en definitiva de lo que trata la NBA. Pero lo hubo, hubo baloncesto y más de una jugada espectacular, con el omnipresente James y el recuperado Arenas como protagonistas de algunas de las más espectaculares.
El base de Washington anotó 24 puntos en 28 minutos y realizó un buen partido en conjunto, especialmente en lo ofensivo, aunque se le notó que todavía no está plenamente recuperado y el esfuerzo físico le pasó factura en el último cuarto. Su compañero Jamison también hizo un gran encuentro anotando 23 puntos y capturando 18 rebotes, mientras que Butler se quedó en 14 y Haywood hizo 15 con 10 rebotes.
En Cleveland no sólo jugó James. Ilgauskas estuvo también a un gran nivel, 22 tantos y 11 capturas, y Delonte West aportó 16. Quien aportó muy poquito fue un Ben Wallace que cada vez justifica menos el salario que cobra. 0 puntos y 6 rebotes y ni un solo intento de tirar a canasta se antoja una aportación muy pobre para un jugador que este año está cobrando 15,5 millones de dólares y desde luego está muy lejos de las cifras que en su día "justificaron" el salario que le ofrecieron los Bulls y que ahora pagan los Cavaliers.
El partido llegó igualado a 84 a los dos últimos minutos y medio, pero ahí surgió la figura de James para inclinarlo a favor de los locales mientras los visitantes fallaban uno tras otro todos sus intentos de tiro, hasta 10 seguidos en los últimos cuatro minutos y medio.
'King' James deshizo la igualdad a 84 con una espectacular entrada a canasta ante Jamison y Haywood que apenas pudieron reaccionar ante la acción del jugador de Cleveland y poco después dejó en evidencia a DeShawn Stevenson, el hombre que hace pocas fechas le calificó de jugador "sobrevalorado", al encararle más allá de la línea de tres puntos, sobrepasarle por velocidad, y anotar en carrera un arqueado tiro por encima del resto de la defensa rival. Observando las imágenes uno no puede dejar de imaginar a Stevenson con cara de coyote viendo pasar a un correcaminos.
La renta que obtuvo Cleveland tras esas dos acciones la apuntaló más tarde Delonte West al no fallar ninguno de los 4 tiros libres de que dispuso en los últimos instantes. Los Cavaliers toman ventaja en una eliminatoria que se presenta muy caliente, más quizá de lo debido, y lo único que cabe esperar es que los árbitros cumplan con el papel que les debería corresponder: proteger el baloncesto... y eso pasa por proteger el talento.