Kansas escribió anoche con letras de oro una nueva entrada a su legado histórico dentro del mundo del baloncesto, una trayectoria legendaria que nace con el propio baloncesto, ya que su primer entrenador, James Naismith, fue, precisamente, el inventor del deporte de la canasta.
Empezando por ahí todo lo demás casi sobraría. Pero los Jayhawks lejos de conformarse con ese dato, con la presencia de Naismith, que por sí sola ya les colocaría en la historia del baloncesto mundial, quisieron más. Y ese querer más dura ya 110 años. Porque sí, estamos hablando de un equipo centenario.
La universidad de Kansas fue fundada en 1865 en Lawrence, donde permanece 143 años después de su nacimiento y el baloncesto se incorporó al centro educativo, de la mano de su inventor, en 1898. Desde entonces han pasado 110 años y Kansas ha tenido en todo ese tiempo la ridícula cifra de 8 entrenadores.
Por eso anoche, cuando su actual técnico, Bill Self, abrazaba tras obtener el título de la NCAA a una de sus hijas y besaba a su mujer en la pista del Alamodome, el entrenador de los Jayhawks se sentía el hombre más feliz del mundo. Porque todos le veíamos como el penúltimo eslabón de una cadena indestructible que viene desde el siglo XIX y que ha hecho que Kansas sea la tercera universidad de Estados Unidos que más partidos ha ganado en la historia del baloncesto universitario, sólo superada por Kentucky y North Carolina.
Naismith, 'el creador', 'el primer hombre', fue un precursor muy especial. De hecho, es el único de los 8 entrenadores que ha tenido Kansas que acabó sus 9 años al frente del equipo con un récord negativo de victorias-derrotas. Lo suyo era otra cosa. Para él el baloncesto era pura diversión, un simple juego, y las derrotas no representaban lo que hoy representan. Porque el verdadero baloncesto como hoy lo conocemos, o al menos su origen, vino después y también nació en Kansas.
Fue de la mano del segundo entrenador de los Jayhawks, 'Phog' Allen, un tipo genial que permanceció 49 años entrenando a las diferentes generaciones que fueron pasando por el campus. Con él Kansas gana sus dos primeros títulos nacionales, cuando la NCAA no existía. Kansas fue 'Helms Basketball Champion' en 1922 y 1923. Pero a Allen todavía le dio tiempo, en su casi medio siglo en el banquillo, de ganar el primer título de Kansas en la NCAA. El logro llegó en 1952 tras derrotar en la final a St John's. Además, de su mano los Jayhawks fueron subcampeones de la NCAA dos veces.
Allen fue un adelantado a su tiempo. Se le considera el padre de los entrenadores. Es un mito intocable, ya que fue un pionero en los métodos de entrenamiento y en el tratamiento de las lesiones. Llegó a ser campeón olímpico con Estados Unidos y logró 771 victorias universitarias se sitúa a la altura de la elite de los mejores entrenadores de todos los tiempos (Dean Smith, Adolph Rupp, Bobby Knight, Eddie Sutton, Mike Krcyzewski...).
Ésta es una universidad acostumbrada al éxito. El de ayer fue su tercer título universitario (1952, 1988 y 2008). Además ha sido subcampeón 5 veces -la última en el 2003-, ha llegado a la Final Four en 13 ocasiones y ha logrado el título de su Conferencia, pertenece a la Big 12 de la División Norte, ¡51 veces!.
Dos de esos subcampeonatos fueron de la mano del citado Allen (1940 y 1953) y el resto cuando entrenaban a Kansas Dick Harp (1957) y Roy Williams (1991 y 2003), que actualmente es entrenador de North Carolina, equipo al que Kansas eliminó en las semifinales de la Final Four el pasado sábado. Y es que la NCAA es un universo casi infinito de vidas cruzadas.
Bill Self, Roy Williams y Larry Brown
Roy Williams entrenó con enorme brillantez a Kansas durante 15 años en los que se lograron dos subcampeonatos. Llegó justo en 1988, el año en el que el equipo de Lawrence había alcanzado su segundo título de la NCAA. Lo hizo con el prestigioso Larry Brown en el banquillo y de la forma más grosera, ya que en toda la historia del campeonato no ha habido ningún equipo que se haya proclamado campeón con una trayectoria tan discreta (27 victorias y 11 derrotas). Kansas venció en la final a Oklahoma por 83-79 y, por esos caprichos del destino, por aquel tiempo el actual entrenador de Kansas, Bill Self, todavía andaba completando un master en la universidad de Oklahoma State, ya que Self nació en dicho estado.
Fue aquel del 88 un equipo liderado por Danny Manning, que fue nombrado MVP de la final y que tras su paso por la NBA como jugador actualmente ejerce como técnico asistente en Kansas. Y es que por la actual campeona de la NCAA han pasado muchos y grandes jugadores.
Exjugadores de los Jayhawks
Manning forma parte de una amplia lista de grandes jugadores que han vestido la elástica de Kansas.
Entre ellos destaca un nombre que no necesita presentación alguna: Wilt Chamberlain, que se quedó a las puertas de lograr el torneo universitario en 1957 cuando fue subcampeón tras perder en un partido que ha pasado a la historia. Los Tar Heels se impusieron a los Jayhawks de Chamberlain en la fina tras 3 prórrogas, algo que ni tenía precedentes ni volvió a ocurrir después. Una final irrepetible.
Junto a Chamberlain hay otros nombres de tronío, circunscribiéndonos a los últimos 50 años. Tienen sus camisetas retiradas al margen de Chamberlain y Manning un total de 17 jugadores, entre los que cabe citar a dos relacionados con los Boston Celtics.
El primero de ellos es bien conocido porque está en activo. Es Paul Pierce. El segundo estudió en Kansas allá por los sesenta y obtuvo dos títulos con los Celtics en los setenta. Se trata de Jo Jo White, campeón con Estados Unidos en la Olimpiada de 1968 derrotando en la final a la Yugoslavia del mítico Radivoj Korac, el malogrado jugador (murió a los 30 años en un accidente de automóvil) que dio nombre a la Copa Korac. Jo Jo ganó la NBA dos veces y en la final de 1976 fue elegido MVP.
La lista prosigue. Los dos últimos jugadores a los que se les retiró la camiseta en Kansas fueron el 4 de Nick Collison, ahora en los Sonics, y el 0 de Drew Gooden, que juega en Chicago junto a otro ex de Kansas, Kirk Hinrich. También pasaron por el Allen Fieldhouse, el pabellón de los Jayhawks, jugadores en activo como Raef Lafrentz, Scott Pollard, Jacque Vaughn o Julian Wright.
Como curiosidad, otro que anduvo por Lawrence fue el actual General Manager de los Blazers, Kevin Pritchard, que más tarde jugaría en la liga española de baloncesto.
Por todo esto y por mucho más, Bill Self se debía sentir al abrazar y besar a los suyos anoche como una especie de garante de la tradición, el heredero, a sus 45 años, de un legado demasiado precioso como para no ciudarlo como oro en paño.
Como Mario Chalmers debió sentir en su brazo una fuerza especial cuando empató con un triple el partido ante Memphis llevándolo a la prórroga. En su mano derecha, cuando soltó ese balón, estaban miles de nombres, de rostros, de momentos, de lágrimas y sonrisas. En esa canasta estaban 110 años de historia.