Segunda jornada de las semifinales regionales en la NCAA y escasas sorpresas en la competición. Lo más notable fue el rendimiento de Davidson, que se deshizo por 17 puntos de Wisconsin, sexta favorita nacional, tras otra exhibición anotadora de Stephen Curry. Esta vez el hijo del exjugador de la NBA, Dell Curry, se fue a los 33 puntos.
Mientras, las grandes favoritas -Texas, Kansas y Memphis- dominaron sus partidos con comodidad, aunque algunas más que otras. Memphis, por ejemplo, llegó a ir ganando por 33 puntos de diferencia a Michigan State, pero no quiso hacer sangre y Texas sufrió ante la universidad californiana de Stanford, en la que militan los gemelos López. Lo hizo, al menos, hasta mediada la segunda parte, donde se fundió Brook López y con él su equipo. Brook hasta entonces lo había bordado al anotar 26 puntos.
El tercer hispano de la jornada, junto a los hermanos Brook y Robin, no tuvo mejor suerte. Antonio Peña se fue a casa con su equipo, Villanova, que nada pudo hacer ante el poderío de Kansas en una jornada en la que las estrellas brillaron con sus equipos.
Tras los partidos disputados anoche la final regional del Sur la jugarán Texas y Memphis y la del Medio Oeste Kansas y Davidson. Los ganadores tendrá el pasaporte para la Final Four.
Texas 82 Stanford 62
Stanford estuvo en el partido hasta que a Brook López le duró la gasolina. Eso fue mediada la segunda parte, coincidiendo, eso sí, con la decisión del técnico de Texas de colocar sobre el ala-pívot californiano al suplente Dexter Pittman, cuya labor defensiva fue crucial en el desenlace del partido. Además, Pittman aún tuvo reservas para anotar 4 puntos y hacerse con 6 rebotes en los apenas 10 minutos que estuvo en cancha.
El marcador reflejaba un apretadísimo 52-51 para los texanos a 12:29 para la conclusión y los aficionados, el partido se jugaba en Houston (Texas), no se las prometían muy felices. Hasta ese momento Brook López había bordado el baloncesto al anotar 26 puntos, pero a partir de que le empezó a defender Pittman con su enorme corpachón (es un jugador de 2,08 que pesa 135 kilos, pero que llegó a pesar 166) el ala-pívot de Stanford bajó su rendimiento y no fue capaz de anotar ni un solo punto en los últimos 9 minutos del partido, en parte fundido por el esfuerzo realizado en los minutos precedentes.
A partir de la 'desaparición' de Brook López, sumada a la de su hermano gemelo Robin minutos antes (6 puntos y 5 rebotes), los californianos se vinieron abajo. En los últimos 9 minutos anotaron sólo 9 puntos, 6 de ellos de Fields, el único que se mantuvo vivo en ataque. La caída por el tobogán comenzó cuando con 52-51 en el luminoso Texas logró un 6-0 que le permitió despegarse. La jugada que puso el 58-51 en el marcador y que obligó a pedir un tiempo muerto a Stanford anticipó todo lo que vendría después: balón dividido a media cancha y Augustin le roba la cartera a sus rivales con su velocidad explosiva, llega a la pelota de forma increíble, se va solo y anota una bandeja fácil al contraataque.
Precisamente D.J.Augustin fue una de las figuras claves del partido. Anotó 23 puntos, capturó 5 rebotes, repartió 7 asistencias y robó 2 balones. Mientras, Damion James hizo un buen trabajo en el juego interior con 18 puntos, 4 rebotes y 2 recuperaciones en 27 minutos. También Abrams, Atchley y Justin Mason pusieron su granito de arena para la victoria de los Longhorns.
Mientras, en Stanford, Brook López (26 puntos y 10 rebotes) estuvo demasiado solo. Su hermano Robin hizo una aceptable primera parte, pero se quedó prácticamente en blanco en la segunda y sólo el base Mitch Johnson contribuyó al juego de ataque con una cierta coherencia (8 asistencias, pero 2 de 10 en el tiro), aunque en defensa se vio desbordado por la magia de Augustin, que fue el jugador de partido.
Texas, que era favorita, se mostró como lo que es: un equipo más equilibrado, cargado de valores individuales y colectivos.
El resultado fue engañoso, pero era prácticamente imposible que Stanford, que se fajó muy bien en los tableros, pudiera ganar a una universidad del nivel de Texas anotando tan solo el 33,8% de sus tiros.
Kansas 72 Villanova 57
El tercer hispano de la noche, Antonio Peña, de Villanova, no corrió mejor suerte que los gemelos de Fresno. Y es que Kansas pasó por encima de los chicos de Jay Wright y lo hizo sin estridencias, pero también sin contemplaciones.
Todo quedó dilucidado en la primera mitad, a cuyo final se llegó con un concluyente 41-22, ya que, a diferencia de Texas, los Jayhawks no permitieron en ningún momento que su contrincante se les subiera a las barbas. De hecho, el mayor acercamiento de Villanova en toda la segunda mitad se cifró en 14 puntos cuando restaba tan solo 1:14 para el final.
El partido careció de emoción porque la tripleta exterior de Kansas quiso mandar desde el salto inicial. De salida un parcial de 19-8 puso en la pista de lo que podía pasar y a 3:56 para alcanzar el descanso un triple de Mario Chalmers colocó un 36-21 a partir del cual nada fue igual. Otro triple, esta vez de Jeremy Case (su única canasta del partido) mandó el partido a los vestuarios con ese 41-22.
A Kansas, un clásico acostumbrado a ser favorito, no le pesó la responsabilidad. Y si no que se lo digan a su juego exterior: Rush (16 puntos y 4 rebotes), Robinson (15 puntos y 5 asistencias) y Chalmers (14 puntos,3 rebotes y 4 asistencias). Desde el banquillo, Kaun puso el contrapunto bajo los aros con 9 puntos, 7 rebotes y 3 tapones.
Los aficionados del Ford Field de Detroit no llegaron a sentir en ningún momento que Villanova podía remotar la situación, ya que ningún jugador se cargó al equipo sobre sus espaldas, siendo sus máximos anotadores Cunningham y Clark, ambos con 10 tantos.
Las estadísticas finales del encuentro reflejan perfectamente la superioridad vivida en la cancha. Texas estuvo muy acertado en el tiro (53,3% con 8 de 19 triples) frente al desastre en el lanzamiento de Villanova (35,6% con 3 de 17 tiros de 3). Una prueba palpable de que el pulso no le tembló a los texanos fue su 16 de 20 en tiros libres. Su superioridad fue tal que se permitieron, incluso, perder 18 balones.
Memphis 92 Michigan State 74
Qué decir de Memphis. Si Kansas sólo ha sufrido 3 derrotas esta temporada, Memphis sólo ha cedido un partido con un espeluznante balance de 36 victorias y 1 derrota.
Mala suerte la de los Grizzlies anoche. Su sorprendente victoria en la cancha de Los Angeles Lakers apenas tendrá eco en la ciudad de Elvis, que vive apasionadamente la trayectoria de su universidad en la NCAA y que, a buen seguro, se volcó con los suyos a través de la televisión, la radio e Internet. Y los suyos no les defraudaron.
El encuentro fue un monólogo aplastante de los Tigers que se fueron al descanso con un resultado de escándalo (50-20) y que a 16:58 del final del partido ganaban por 60-27. A partir de ahí no quisieron hacer sangre al rival. Todo se juntó un poco. Su estrella, Derrick Rose, se hizo un corte en la frente y tuvo que recibir atención médica, por lo que estuvo unos minutos fuera de la cancha, y sus compañeros se relajaron un poco en la certeza de que todo el trabajo ya estaba hecho. Los aficionados de Memphis tuvieron así una noche agradable, sin sobresaltos, de puro goce y diversión.
Buena culpa de ello la tuvieron Derrick Rose y Chris Douglas-Roberts, dos jugadorazos que ejercieron de ello. Lo de Derrick Rose fue impresionante. Se trata de un 'freshman' (jugador de primer año), pero lleva el juego en las venas y no se amilana ante la responsabilidad. Acabó con unos números estratosféricos al anotar 27 puntos en 26 minutos, a los que añadió 4 rebotes y 5 asistencias. Mientras, Douglas-Roberts hizo 25 puntos, 5 rebotes y 2 robos. Fueron los faros que guiaron al barco de los Tigers.
Michigan State contó tambíen con dos faros, pero el resto del equipo navegaba en una balsa que hacía aguas. El pívot Suton acabó con 23 puntos y 9 rebotes y Allen logró 20 puntos y 4 rebotes en 22 minutos. Junto a ellos, la desolación.
Todo iba bien para los de Michigan en los primeros 7 minutos de juego, pero a partir de ahí los Spartans se vinieron abajo como un castillo de naipes, ya que no desplegaron precisamente una defensa espartana. En los 13 minutos siguientes del primer tiempo el parcial para Memphis fue de ¡34-7!. Sobran las palabras.
La segunda parte fue para los Tigers como un retiro en un balneario y para Michigan State un constante afán por maquillar un resultado ominoso.
En un partido normal, la clave de la victoria hubiera estado en el balance de balones robados y perdidos (9 a 8 para Memphis y 2 a 12 para los Spartans). Pero en el encuentro de ayer no tendría ningún sentido establecer este tipo de análisis dada la extrema superioridad de los de Tennessee. Tras el fiasco de Tennessee ante Louisville, Memphis queda como único representante de su estado en las finales regionales (Elite 8).
Davidson 73 Wisconsin 57
Davidson va de campanada en campanada gracias a contar con un campanero de lujo: Stephen Curry, un excelso tirador que ha llevado a su universidad hasta donde llegó allá por 1969.
Casi 40 años después, Curry se disfrazó nuevamente de 'Superman' y anotó 33 puntos (22 en la segunda parte) para llevar a los suyos a la victoria. A esos 33 puntos (6 de 11 triples) añadió 3 rebotes, 4 asistencias y 4 robos con tan solo 2 pérdidas. En los tres partidos de torneo de la NCAA, su fase eliminatoria, Curry ha anotado 40, 30 y 33 tantos, lo que le convierte en el cuarto hombre de la historia de la NCAA que suma 30 o más puntos en sus primeros cuatro partidos en el torneo (el año pasado disputó uno). El último en hacerlo fue Glenn Robinson con Purdue en 1994.
Pero sería falso decir que en Davidson no hay vida después de Curry. Cierto es que los siguientes encestadores de su equipo no superaron los 12 puntos, pero una de las claves de la victoria radicó en la extraordinaria defensa desplegada en la segunda parte por sus compañeros, entre los que destacó el trabajo en los tableros de Richards (11 puntos y 13 rebotes).
Al descanso se llegó con empate a 36 y la exhibición vino en la reanudación. Davidson dejó en 20 puntos a su rival y anotó 37 (22 de Curry).
El partido se rompió a falta de 13:47. El marcador era 48-45 y en los siguientes 3:27 Davidson endosó a Wisconsin un parcial de 12-0 merced a una férrea defensa y el genio ofensivo de Curry, que enchufó 3 triples en una racha fantástica que mató la resistencia del equipo radicado en Madison.
Los de Bo Ryan ya no supieron reaccionar y se quebró su sueño de acceder a la Final Four, tal y como hicieran en el 2000.
Davidson fue mejor. Tiró mucho mejor a canasta, acribilló a su rival desde la línea de 3 y completó un espectacular balance en cuanto al trato del balón, ya que robó 9 y sólo perdio 5, una cifra, ésta última, muy destacable y que habla muy bien del juego de los Wildcats.