Los Houston Rockets de Luis Scola vuelven a instalarse en su leyenda negra en el momento justo en el que estaban practicando su mejor baloncesto de la temporada, que había llevado al equipo de Adelman a disfrutar de doce victorias consecutivas, trece si sumamos la obtenida anoche.
Esa leyenda negra ha provocado que en los últimos años hayan sido muy pocos los encuentros en los que los Rockets han podido aunar en la cancha el poder de sus dos grandes estrellas: Yao Ming y Tracy McGrady.
Ahora, uno de los peores escenarios posibles ha llegado. El pivot chino Yao Ming sufre una fractura por fatiga en el pie izquierdo y se perderá con toda seguridad lo que resta de temporada, siendo dudosa su participación en los Juegos Olímpicos, que precisamente se disputan en China.
La noticia se supo a través de la página web del club y la dio a conocer su Gerente General, Daryl Morey, que no ocultó la gravedad de la situación.
El jugador asiático arrastraba importantes molestias en el pie izquierdo antes del All-Star de Nueva Orleans, pero fue el pasado lunes, antes del entrenamiento del equipo, cuando unas pruebas efectuadas en el Memorial Hermann Hospital revelaron el auténtico alcance de su lesión.
El máximo responsable médico del club, Tom Clanton, no ha ocultado la seriedad de la lesión y ha recomendado a Ming que pase por el quirófano, si bien los servicios médicos de Houston se han puesto en contacto con otros especialistas para evaluar la situación y contemplar otras opciones.
Clanton cree que lo mejor sería la cirugía. En la operación se colocarían dos tornillos en el hueso del pie izquierdo del jugador, en una zona próxima al tobillo. Esta opción implicaría que el internacional chino estaría de bajo un mínimo de cuatro meses.
La otra posibilidad que se está barajando es la de inmovilizar el pie dañado con yeso. Una solución de escayola y muletas que supondría estar fuera de las canchas entre tres y cuatro meses, pero parece que convence menos a los servicios médicos de los Rockets.
Olimpiadas de Pekín
Sin embargo, la situación se complica al estar a la vuelta de la esquina la Olimpiada, que se juega en China, donde Yao es un auténtico ciclón mediático y un ídolo de masas que constituye la imagen deportiva del país en el extranjero.
En un principio se habló con mucho pesimismo respecto a la participación del jugador en los Juegos Olímpicos, pero el propio Clanton se ha mostrado algo más optimista, si bien ha preferido no precisar si Yao estará o no, dada la envergadura de la lesión y que la Olimpiada se disputará en el mes de agosto.
El afectado ya ha protagonizado una rueda de prensa en la que ha hecho pública su pesadumbre por lo ocurrido, afirmando que quiere buscar el camino más rápido posible para regresar a las canchas, eso sí, sin poner en peligro su carrera.
En cuanto a los Juegos Olímpicos ha sido rotundo: "Si no puedo jugar con mi país en las Olimpiadas sería la mayor pérdida en mi carrera". Y es que el jugar una competición de este calibre en tu propio país es un tren que sólo pasa por delante una vez en la vida.
Pero volviendo a la franquicia tejana, el porvenir se ha llenado de negros nubarrones. Yao promediaba 22 puntos y casi 11 rebotes por partido y estaba liderando a un equipo que tras encadenar una fantástica racha aspiraba al liderato de la Conferencia Oeste con 36 victorias y 20 derrotas. El problema surge al contemplar la fragilidad de Houston en la pintura una vez el chino desaparece de ella. Su mejor hombre, sin duda, es el argentino Scola, que tendrá que seguir incrementando su rendimiento, pero que a pesar de sus grandes movimientos de pívot anda escaso de altura para luchar contra los más grandes de la liga. A su lado, el joven Landry tendrá que dar un paso al frente, pero al igual que a Scola le falta altura para jugar de cinco. Finalmente, la única solución como sustituto natural es Dikembe Mutombo, que ya ha cumplido los 41 años y que no está físicamente para jugar demasiados minutos. El mercado de agentes libres no parece tampoco, hoy por hoy, una solución al mal de Houston.
Parece que los Rockets podrán aguantar el tirón y clasificarse finalmente para las eliminatorias por el título, pero en los partidos finales sin Ming no tendrán apenas opciones. Panorama gris, sin duda, para el equipo de Adelman.