Dice adiós tanto a lo que resta de la temporada regular como a los potenciales playoffs. Josh Richardson tiene que pasar por el quirófano y le espera una larga recuperación, fijándose su posible vuelta para otoño, coincidiendo con la pretemporada del próximo curso.
Richardson se dislocó el hombro derecho a principios de febrero y lleva casi un mes fuera de las pistas. La idea inicial del jugador y de su equipo, Miami Heat, era que pudiera rehabilitarse evitando la cirugía, pero al final ha sido imposible evitar la mesa de operaciones, según ha avanzado el periodista de la agencia Associated Press Tim Reynolds.
Cobra todo el sentido así la contratación hasta final de temporada del veterano Patty Mills, ya que Miami Heat se ve obligado a cubrir la baja de Richardson.
Josh Richardson jugó en Heat sus primeras 4 temporadas en la NBA y en la presente campaña volvió al equipo tras un paréntesis de otros 4 años.
Antes de lesionarse el escolta había disputado 43 partidos con Miami, 6 como titular, en los que había promediado 9,9 puntos, 2,8 rebotes y 2,4 asistencias en 25,7 minutos, con un acierto del 94,4% desde los tiros libres, un buen rendimiento desde la segunda unidad que quedó truncado con la lesión.