La anécdota de la jornada la protagonizó Anthony Edwards. La estrella de los Timberwolves tuvo que empezar el partido Minnesota-Portland como suplente porque... ¡se despistó y llegó tarde al salto inicial!
Iba a empezar el partido y Edwards no aparecía en la pista, pese a que la retransmisión televisiva le había colocado en el quinteto titular de su equipo. Parece que el jugador andaba en otra zona del pabellón, y llegado el momento de empezar Chris Finch tuvo que maniobrar de forma urgente colocando a Nickeil Alexander-Walker como titular.
Entonces surgió Edwards del túnel de vestuarios y se dio la imagen insólita de la noche. El escolta se puso en cuclillas junto a la mesa de anotadores según iba a empezar el partido y tuvo que aguardar a que el juego se detuviera para poder ingresar en la pista. Lo hizo a los 35 segundos de empezar el encuentro.
La rutina de Edwards antes de los partidos suele incluir el hacer ejercicios de resistencia fuera del vestuario del equipo, pero esta vez se le fue el santo al cielo y su despiste devino en suplencia.
"Perdí la noción del tiempo", reconoció Edwards tras el partido, un partido que Timberwolves ganó 119-114 a Portland pese a que Edwards tuvo una noche descentrada (13 puntos) y a que Karl-Anthony Towns solo pudo jugar 6 minutos en la primera parte al cometer 3 faltas. La estrella local fue Rudy Gobert.
Con el triunfo y la derrota de Thunder ante Lakers, Minnesota se pone líder en solitario en la Conferencia Oeste.