Warriors se impuso 99-110 a los Knicks en el Madison Square Garden corroborando las trayectorias de ambos equipos en el mes de febrero y sus respectivas sensaciones como equipos. Mientras Golden State está en un momento dulce, New York atraviesa problemas.
Golden State suma ya 10 victorias en sus últimos 12 partidos y acumula 7 triunfos consecutivos como visitante; New York termina febrero con balance de 4-8 acuciado por las lesiones, ya que sigue teniendo en el dique seco a Julius Randle, OG Anunoby y Mitchell Robinson.
El partido se trazó en el arranque. Fue ahí donde Warriors marcó la tendencia. Lo hizo con una apertura de 0-14 en la que Stephen Curry metió 3 triples. Un primer cuarto poderoso sirvió a Warriors para asentar las bases del triunfo, un triunfo basado en un muy buen trabajo defensivo y en el impulso ofensivo de Curry (31 puntos, 11 rebotes y 8 triples) y Jonathan Kuminga (25 puntos y 8 rebotes con 12 de 19 en el tiro).
La segunda unidad visitante estuvo comandada por dos jugadores con un espectacular historial en la NBA: Klay Thompson (16 puntos) y Chris Paul (11 puntos, 6 asistencias y 3 robos). Es un lujo tener a dos jugadores así, por mucho que estén en el declinar de sus carreras, formando parte de la suplencia del equipo.
Importante, además, el hecho de que Draymond Green rindió bien en los 27 minutos que estuvo en cancha. Siempre es un buen termómetro para este equipo.
Jugó de manera testimonial Lester Quiñones.
Los Knicks apenas anotaron el 36,8% de sus tiros de campo, y siguen notando, y mucho, las bajas de primer nivel que sufren.
Jalen Brunson metió 27 puntos, Donte DiVincenzo hizo 16 puntos y 7 rebotes y Josh Hart se fue a 14 puntos, 18 rebotes y 7 asistencias, aunque estos dos últimos se mostraron muy errático en el tiro, el primero con un 6 de 21 y el segundo con un 4 de 17. Como se mostró errático Bojan Bogdanovic, que acabó con un 0 de 7.
Tras el partido, Knicks queda en 35-25 y Warriors en 31-27.