New York Knicks arrancó en el Chase Center con un 4-18 y a partir de ahí dominó el marcador ante Warriors durante todo el partido, de principio a fin, sin una sola laguna o interrupción, hasta imponerse 112-119.
Tuvieron los neoyorquinos una máxima ventaja de 15 puntos, pero durante el cuarto final jamás lograron despegarse de un modo definitivo, si bien siempre supieron controlar el marcador con gran aplomo.
Demostraron los Knicks que también pueden ganar en partidos por encima de los 100 puntos, y volvieron a salir airosos para mantenerse cuartos en el Este, un pequeño gran milagro si se tiene en cuenta que jugaron una vez más esta temporada sin 3 de sus titulares: OG Anunoby, Julius Randle y Mitchell Robinson.
En esa tesitura, a la que el equipo ya se ha ido acostumbrando, Jalen Brunson volvió a liderar con mano firme a los suyos. Recién nombrado Jugador de la Semana horas antes del partido, Brunson volvió a enarbolar su enorme calidad técnica y su indisimulado tesón para sumar 34 puntos y 7 asistencias.
Pero hubo dos compañeros de Brunson que también resultaron claves en el triunfo: Miles McBride y Josh Hart. El primero llegó hasta los 29 puntos (récord personal en la NBA) en una gran noche desde el triple; el segundo firmó su quinto triple-doble de la temporada con 10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, importando poco su mal desempeño en el tiro, porque lo compensó con un trabajo defensivo de primera. De hecho, Hart jugó los 48 minutos íntegros -McBride estuvo cerca de jugarlos-.
New York contó también con los 18 puntos de Donte DiVincenzo, que sigue rindiendo a muy buen nivel, y con los 13 más 10 rebotes de Isaiah Hartenstein.
El partido nos dejó una desequilibrio poco habitual entre los dos equipos en cuanto a la aportación ofensiva de sus titulares y sus suplentes. Mientras que Warriors vio como sus titulares anotaban solo 52 puntos y su segunda unidad tenía un comportamiento espectacular alcanzando los 60, Knicks vio a su quinteto inicial anotar 104 puntos y a sus suplentes 15.
Más allá de eso, la igualdad entre ambos equipos en los distintos capítulos estadísticos fue considerable.
Warriors, que está en negativo (17-18) como equipo local, tuvo a Stephen Curry con 27 puntos, si bien su mejor hombre fue el suplente Trayce Jackson-Davis, inmenso con 19 puntos, 9 rebotes, 3 tapones y un perfecto 9 de 9 en el tiro. Klay Thompson anotó 18 puntos y dio 8 asistencias (mejorando tras el descanso), Jonathan Kuminga sumó 16 puntos y Chris Paul hizo 14 en 20 minutos, brillando en la primera parte con 12 puntos.
En el lado negativo, Draymond Green y Andrew Wiggins. Green no tuvo su mejor noche, y en el duelo entre jugadores-pegamento fue mucho mejor Hart que él. Y Wiggins anduvo deslucido, como le pasó también a Brandin Podziemski, pero, claro, al joven Podziemski no se le puede exigir lo mismo que a Green y Wiggins. Las presiones han de ser distintas.
Tras la derrota Warriors ha de empezar a preocuparse por Houston Rockets, que viene fuerte. Está en juego la última plaza del play-in.