Noche feliz para Dejounte Murray y los Hawks ante unos Timberwolves bipolares que pasaron del atracón lumínico a la más profunda de las oscuridades. Ganó Atlanta 127-113 tras venir de vencer 24 horas antes a los Bucks en Milwaukee.
A la exhibición despampanante de Murray (41 puntos, ¡30 tras el descanso!) hay que enfrenar el hundimiento de un equipo visitante que anotó 79 puntos en la primera parte y solo 34 en la segunda, perdiendo así los 19 puntos de ventaja que había atesorado llegado el descanso.
La primera mitad finalizó 60-79 con Minnesota anotando el 67,4% de sus tiros de campo, incluido un brutal 12 de 18 desde el triple, y habiendo sumado los visitantes 18 asistencias y solo 2 pérdidas de balón. Pero la segunda mitad fue harina de otro costal. La bronca en los vestuarios de Hawks debió ser de órdago, porque los locales salieron con un tono completamente distinto para afrontar el resto del partido. Y en el segundo tiempo el resultado fue de 67-34, con Minnesota en un 29,5% en campo, incluido un 4 de 15 en triples, 6 asistencias y 8 pérdidas. Como el día y la noche.
Enorme actuación de Dejounte Murray, que acabó con 41 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 17 de 24 en el tiro. Su tercer cuarto fue espectacular y, lo dicho, 30 puntos fueron suyos tras el descanso. Esos 41 puntos igualan su mejor marca anotadora en la NBA.
Le secundaron Trae Young, que sigue poco fino en el tiro, y De'Andre Hunter. Hizo el base 24 puntos y 8 asistencias, mientras que Hunter sumó 16 puntos.
Minnesota tuvo a Anthony Edwards con 31 puntos y 7 asistencias. Y poco más. Gris partido de Karl-Anthony Towns (16 tantos y 10 rebotes). Rudy Gobert logró 14 puntos y 13 rebotes y Nazr Reid lo hizo bien en la primera parte.