Las palabras de James Harden contra el presidente de Operaciones de Baloncesto de los Sixers, Daryl Morey, en las que le llamaba "mentiroso", le van a salir caras al jugador, porque en ellas Harden reconocía de forma implícita que había pedido ser traspasado.
Ese reconocimiento público, unido a la negativa del jugador a incorporarse a las filas del equipo con el que tiene contrato, ha hecho que la NBA haya impuesto a Harden la mayor multa posible para un jugador, según el convenio existente en la liga, una multa que asciende a 100.000 dólares.
Harden llamó mentiroso a Morey porque, según el jugador, el ejecutivo le había asegurado que una vez validara la opción de 35,6 millones de dólares correspondiente al curso 2023-2024 llegaría el traspaso, algo que no ha ocurrido, pese a que parece que hubo negociaciones, especialmente con Clippers.
La NBA abrió una investigación a raíz de dichas declaraciones, una investigación que ha concluido con la dura multa impuesta al jugador.