No hay traspaso de James Harden. Al menos de momento. Sixers ha puesto fin a cualquier tipo de conversación en torno a su jugador y la idea de la franquicia es que Harden se mantenga en el equipo y afronte con él el campo de entrenamiento y la pretemporada.
Por el contrario, Harden se halla muy decepcionado con el general manager de Sixers, Daryl Morey, su antiguo aliado en Rockets, y no tiene intención, en principio, de unirse al equipo en la pretemporada. El conflicto está servido.
Harden optó en su momento por agotar su contrato dando validez a la temporada 2023-2024 a cambio de un sueldo de 35,6 millones de dólares y eso abrió el campo de las negociaciones para su salida del club, una vez el jugador pidió a los Sixers el traspaso.
Desde ese momento el club que estuvo más cerca de cerrar un traspaso fue Clippers, que tuvo negociaciones periódicas con Sixers, negociaciones que finalmente no llegaron a buen puerto.
Ahora Sixers decide dar por finalizado el proceso de salida del jugador. Los de Filadelfia no han visto un buen retorno por el base y consideran que su salida pondría en peligro la competitividad de la plantilla de cara a la próxima temporada.
De la decisión de Sixers escribe el periodista de ESPN Adrian Wojnarowski, que avanzó la situación, y del deseo del jugador de no hacer la pretemporada con el equipo informa Sam Amick, de The Athletic.