James Harden no tiene punto medio ante Boston. O lo hace muy bien o lo hace muy mal. Cada vez que hace lo primero su equipo gana; cada vez que hace lo segundo su equipo pierde. Hoy tocó triunfo, muy sufrido, muy por los pelos, en la prórroga, salvados por la campana se impusieron los Sixers.
Philadelphia ganó 116-115 en el tiempo extra para el 2-2. Lo hizo con un partido de relumbrón de Harden, autor de 42 puntos, 8 rebotes, 9 asistencias, 4 robos de balón, solo 1 pérdida y con una efectividad asombrosa, con un estupendo 16 de 23 en el tiro de campo (6 de 9 desde el triple). Y, por si fuera poco, anotó el triple de la victoria cuando restaban 18 segundos para terminar la prórroga.
Los termómetros de estos Sixers son James Harden y el estado físico de Joel Embiid, que por momentos parece estar recuperado de su lesión en la rodilla y por momentos parece andar lastrado por dicha dolencia. Cuanto más prolongada es la exigencia a su físico, más padece en la pista. De eso no hay duda.
Harden anotó 45 puntos en el primer partido, hizo un 5 de 28 en el tiro en los dos siguientes y metió 42 puntos esta noche en el cuarto.
Embiid no jugó el primero y en este cuarto protagonizó una primera parte espléndida y una recta final del partido espectral, sin físico para ayudar a su equipo, aprisionado en el cuarto final por la defensa magistral de un Al Horford que le puso 3 tapones y que acabó con 5.
Sixers dominó el partido en su casi totalidad. Con el 27-19 del primer cuarto, llegando a tener 16 de ventaja en el segundo, yéndose al descanso 59-50, volviendo a disponer de 16 puntos en el tercero, pero a partir del cuarto llegó la pájara ofensiva local, con unos Celtics apretando atrás más y más.
Le costó a Philadelphia todo un mundo anotar en el cuarto cuarto. No metió un solo punto en los 4 primeros minutos del cuarto, llevaba solo 4 en los primeros 8 minutos y terminó los 12 minutos del cuarto con 15 puntos, a pesar de lo cual resistió milagrosamente para alcanzar la prórroga.
Boston se llegó a poner 100-105 tras un triple de Malcolm Brogdon a 2:03 del final, pero un 2+1 clave de P.J. Tucker puso el 105-105 con 1:06 por jugar. Marcus Smart adelantó a Celtics y fue Harden, siempre Harden, el que puso el 107-107 a 15,9 segundos del final. No acertó Smart con el triple sobre la bocina que le hubiera dado la victoria a su equipo, pero está claro que si hubo tres jugadores que impulsaron la remontada de Boston esos fueron Smart, Tatum y Horford.
En el tiempo extra pareció resucitar un poco Embiid, que solo había metido 2 puntos en el cuarto cuarto, pero su 2+1 ante Smart fue convertido en falta en ataque tras revisión. Y tuvo que volver a ser Harden el que salvara a su equipo con un triple desde la esquina que puso el 116-115.
En la última jugada no controló adecuadamente el reloj Tatum, que dio un pase a Smart cuando ya prácticamente se había agotado el tiempo. Smart metió un triplazo ganador, pero ya había sonado la bocina, una bocina que salvó de la derrota a unos Sixers que lo pasaron muy mal, porque un 3-1 para Celtics hubiera sido prácticamente decir adiós a la carrera por el título.
Embiid sumó 34 puntos y 13 rebotes, con 11 de 26 en el tiro, pero su desfondamiento tras jugarse el tercer cuarto resultó evidente, convirtiéndose el cuarto período en un calvario para él. Y Tyrese Maxey añadió 14 puntos y 8 rebotes con malos porcentajes de tiro.
Celtics fue otra cosa. Más colectivo y solidario en su juego. Con 6 jugadores en dobles dígitos anotadores y 4 en 19 o más puntos.
Tatum erró sus 8 primeros tiros para después hacer un 9 de 12. Su primera parte fue calamitosa, su segunda mitad, brillante. Terminó con 24 puntos, 18 rebotes, 6 asistencias y 4 tapones. Jaylen Brown añadió 23 puntos, Smart hizo 21 y 7 asistencias y Brogdon 19 más 8 rebotes, estando acertado desde el triple.
El dominicano Al Horford firmó 10 puntos, 7 rebotes, 5 tapones y 4 asistencias en 38 minutos, siendo esencial en defensa.
El equipo local, que solo perdió 7 balones y que tuvo una segunda unidad bastante inoperante, salvó al final los muebles como pudo, y esa salvación vino de la mano de un Harden espectacular que mantiene con vida a los suyos.