Un sublime Kyrie Irving hizo olvidar la baja de Kevin Durant, cuya ausencia por lesión se contaba hasta la fecha por derrotas (0-4), con los Nets exhibiendo el peor ataque de toda la NBA. Ante Utah no es que Brooklyn hiciera un derroche ofensivo: el derroche lo hizo Irving.
Maravilloso hasta decir basta. Así fue el partido de Kyrie Irving, autor de 48 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias, 4 robos de balón con solo 1 pérdida y 8 triples anotados. El base estelar de los Nets metió 18 de sus 29 tiros de campo, su equipo hizo un +23 con él en la cancha y, por si fuera poco, Irving resultó letal en el último y decisivo cuarto metiendo 21 puntos.
Ahí estuvo la clave, en el cuarto final, un cuarto final en el que Nets defendió a un muy buen nivel, mientras que en ataque se puso en manos de la noche mágica de Irving para ganar 106-117 en Salt Lake City dejando así atrás una mala racha de 4 derrotas consecutivas que había provocado que el equipo cayera de la segunda a la cuarta posición del Este.
Brooklyn dejó atrás su pesadilla particular con el acceso a la canasta rival, su mal desempeño en el pasado inmediato desde el triple y en el tiro de campo en general. Esta vez la historia se escribió de otra manera, con los de Vaughn anotando el 53,8% de sus tiros de campo y haciendo daño desde el triple (18 de 41).
Además de la noche magistral de Irving, gran partido de Nic Claxton con 20 puntos, 4 tapones y 8 de 9 en el tiro. Royce O'Neale jugó su primer partido en Salt Lake City desde su salida de los Jazz y ayudó al triunfo de su equipo con 13 puntos y 6 asistencias, mientras que Ben Simmons, que venía de hacer un partido nefasto con expulsión, jugó esta vez 37 minutos, pero sigue sin ser efectivo en la anotación. No termina de dar la talla el australiano.
Por parte de Utah, 29 puntos y 5 asistencias de Jordan Clarkson, 22 puntos, 11 rebotes y gran acierto desde el triple (6 de 10) de Lauri Markkanen, 17 puntos del suplente Collin Sexton y 9 asistencias de Mike Conley.