El partido que cerró la jornada NBA en el día de Martin Luther King, Lakers-Rockets, no pasará a la historia por sus grandes defensas, pero sí será recordado por las grandes actuaciones personales del veterano LeBron James y del joven Alperen Sengun.
Obviamente, la más recordada será la de James. Lakers venció 140-132 a Houston gracias a una antológica noche del de Akron, que hizo su tope anotador de la temporada.
James terminó con 48 puntos, 8 rebotes, 9 asistencias, 16 de 26 en el tiro de campo y 5 triples anotados en los 36 minutos que estuvo en cancha.
Es el tercer partido de 40 o más puntos que hace LeBron desde que cumplió 38 años el pasado 30 de diciembre y supone el partido número 100 en su carrera NBA con 40 o más puntos, sumando temporada regular (72 veces) y playoffs (28).
Lo mejor de James llegó en el cuarto final, cuando anotó 20 puntos para favorecer el sudado triunfo de los suyos.
Lo peor es que, según reconoció el propio LeBron, terminó el partido extremadamente cansado, y no parece que Houston Rockets tuviera que ser un equipo ante el que LeBron tuviera que exprimirse para que Lakers ganara, pero esa es la realidad actual de estos Lakers.
La gran noche de James llega después de que Lakers perdiera de forma dolorosa y por estrecho margen sus últimos partidos y después de que LeBron alcanzar en el anterior juego los 38.000 puntos anotados en temporada regular.
En el otro bando un espléndido Alperen Sengun. El turco hizo números enormes: 33 puntos, 15 rebotes, 6 asistencias, 4 tapones y un 14 de 17 en el tiro de campo que incluyó un 2 de 2 desde el triple. Hoy muchos estarían hablando de él si no fuera porque LeBron se llevó todos los focos y porque Houston volvió a perder, como de costumbre.
Sengun tiene 20 años, fue elegido en el puesto 16 del draft de 2021 y está en su segundo año NBA, un fructífero año en el que está mejorando todas sus cifras estadísticas, promediando hasta la fecha 14,9 puntos y 8,7 rebotes, con un 56,4% en el tiro de campo.
La de anoche fue su mejor anotación desde que juega en la liga.
Por lo demás, el partido estuvo equilibrado y careció de defensas, no siendo el mejor ejemplo de lo que debería ser la competición NBA.