El mal comienzo de temporada de Sixers se prolonga inesperadamente con una derrota en casa ante los Spurs (105-114), con los texanos ganando 2 partidos a domicilio en 24 horas (la anterior victoria ante Indiana Pacers).
Sixers (3 derrotas en 3 partidos) no pudo con el trabajo serio y la visión colectiva de unos Spurs que destrozaron al equipo local a partir de una circunstancia que nadie podía prever: la profundidad de plantilla no fue la de Sixers sino la de Spurs.
La segunda unidad de San Antonio vapuleó a la segunda unidad de Philadelfia al anotar la primera 40 puntos y la segunda, en una jornada ruinosa, 10.
Mejoró notablemente la defensa del equipo de Popovich respecto a sus 2 primeros compromisos, y esa labor de retaguardia hizo efecto en la pieza más en forma de estos Sixers, James Harden, que solo metió 12 puntos.
Superioridad visitante con 6 jugadores en 10 o más puntos, un carácter colectivo que se llevó por delante la reacción de Joel Embiid, que esta vez se fue a 40 puntos y 13 rebotes.
La primera parte fue de Devin Vassell (20 al descanso para 22 al final del partido) y la segunda correspondió al suplente Doug McDermott (14 puntos, todos tras el intermedio).
Keldon Johnson sumó 21 puntos y 9 rebotes, Tre Jones añadió 17 unidades, Jakob Poeltl hizo un doble-doble y los Spurs tiraron de buen juicio, tanto en ataque como en defensa.
En Sixers, además de Embiid, 24 puntos de Tyrese Maxey y 15 de Tobias Harris.
Harden rozó el triple-doble (12 puntos, 9 rebotes y 12 asistencias), pero lo hizo con 4 de 18 en el tiro de campo.
Comienza la campaña con Sixers empequeñeciendo su aparente grandeza y con Spurs agrandando su aparente fragilidad. Pero esto solo acaba de empezar.