No tan pronto. No parece prudente enterrar a estos Suns antes de tiempo. Lo hizo esta noche Dallas y salió escaldado. Es cierto que no se dan las mejores condiciones para que el proyecto siga firme, pero... Ni con Chris Paul tocado. Ni perdiendo por 22. Estos Suns son un gran equipo.
Dallas Mavericks perdonó la vida dos veces a Phoenix. La primera durante los tres primeros cuartos. Cuando obtuvo varias ventajas cifradas en la veintena. Se fue al descanso 45-62. Y al inicio del tercer cuarto ya tenía 22 de diferencia (45-67). Remontaron los Suns pero reaccionó Mavs. Y ahí surgió la segunda. Al comienzo del último cuarto. Con borrachera de juego de un enorme Christian Wood. Para poner a Dallas 15 arriba (78-93). Quedaban 8:30 para acabar el partido. Todo parecía definitivamente decidido. Pero tampoco.
En la primera remontada tuvo algo que ver la pereza de Kidd para pedir un tiempo muerto. En la segunda todo fue mucho más llamativo. Porque surgió como héroe inesperado Damion Lee. Defendiendo. Anotando triples. Y metiendo en los últimos segundos la canasta ganadora.
Phoenix sobrevivió a los problemas físicos de Paul (6 puntos, 9 asistencias). Y a los problemas de faltas de Deandre Ayton (18 puntos y 10 rebotes) en la primera mitad. Y de supervivencia en supervivencia, ganó 107-105. Para empezar la temporada victorioso. Sin dueño tras el escándalo Sarver. Sin Jae Crowder (que se quiere marchar). Con un ánimo raro en la franquicia, claro está. Pero sobrevive el espíritu competitivo de un equipo que ganó 64 partidos el pasado curso.
Devin Booker lideró con 28 puntos y 9 asistencias. A su lado... el citado Ayton. Pero también Cam Johnson (15 puntos) y Mikal Bridges (13 más 11 rebotes).
El héroe Lee acabó con 11 puntos en 20 minutos. Y 3 de 5 en el triple.
El partido nos dejó dos partidos. El primero, 45-62 en la primera parte; el segundo, 62-43 en la segunda.
Luka Doncic se quedó con la miel en los labios. Erró sobre la bocina el triple ganador. Terminó con 35 puntos. Y 13 de 13 en libres. Wood sumó 25 puntos y 8 rebotes desde la suplencia. Y voló desde el triple con su acierto. Y Dinwiddie añadió 15 tantos.
Le pesaron a los Mavericks los tiros libres fallados. Mucho. Y confiarse demasiado. Está claro que de estos Suns no hay que fiarse. Porque puede uno salir trasquilado.