Dijo que solo había tomado cuatro tragos de tequila, pero de ser así habría que decir que el efecto de esos tragos fue devastador a tenor de los detalles que la policía ha dado a conocer hoy sobre la detención el pasado domingo del jugador de Hornets James Bouknight.
Según la policía, Bouknight se encontraba en el interior de su vehículo borracho, inconsciente y sosteniendo una pistola. El auto estaba con el motor encendido en un aparcamiento de Charlotte obstruyendo el tráfico.
La policía perimetró el lugar en el que se hallaba el vehículo por motivos de seguridad y estuvo alrededor de una hora intentando desde la distancia despertar al ocupante del mismo, Bouknight, mediante megafonía, bocinas y luces, hasta que por fin lo consiguió, momento en el que el jugador de Hornets se negó a acatar las órdenes de los agentes, siendo detenido, no sin antes colisionar contra dos coches patrulla de la policiá que se encontraban delante y detrás del autor del jugador de la NBA. El relato no tiene desperdicio.
Bouknight, que no es el primer incidente grave que protagoniza fuera de las canchas relacionado con el alcohol, fue llevado a comisaría y pudo salir de ella previo pago de una fianza de 2.500 dólares.
El incidente del jugador, que tiene 22 años, se suma a la pérdida de los Hornets de una de sus estrellas, Miles Bridges, por un suceso que podría dar con sus huesos en la cárcel durante años.