La rodilla izquierda de Lonzo Ball sigue sin sanar, y la preocupación de Chicago Bulls y del jugador no para de crecer. Por de pronto, el base no va a poder afrontar la pretemporada y ve cómo el inicio de la temporada regular está en peligro.
Publica la amarga situación de Ball ESPN, en una información que viene a ser una continuación de lo publicado en Estados Unidos en el mes de junio, cuando ya se dijo que preocupaba el estado de la rodilla del jugador.
Ball vio cómo en enero se truncaba su primera temporada con Chicago Bulls. Jugó su último partido el 14 de enero ante los Warriors. Lesión de menisco en la rodilla izquierda, artroscopia poco después, pronóstico inicial fijando una baja de entre 6 y 8 semanas y... ¡han pasado casi 8 meses y la rodilla sigue sin sanar!
El jugador sigue experimentando molestias y dolores en la rodilla. Por ello se ha puesto en manos de diversos especialistas médicos para intentar saber cuál es la causa de esos dolores y posibles tratamientos para paliarlos. Lo cierto es que cada vez que se ejercita en una cancha siente que la rodilla no le responde como le tenía que responder, y el tiempo sigue pasando.
Lonzo se desplazará la próxima semana a Chicago para que el equipo le efectúe diversas pruebas médicas.
En el momento de la lesión el base de 24 años estaba desarrollando una más que aceptable temporada, con medias de 13 puntos, 5,4 rebotes, 5,1 asistencias y 1,8 robos en 35 partidos, y mostrando una gran efectividad desde el tiro de 3 con un acierto del 42,3%.