Los Celtics están de fiesta, una fiesta que se prolonga y se prolonga y que parece no tener fin. Boston es un equipo en estado de gracia que está empezando a asustar con su juego y su capacidad para resolver partidos de forma espectacular.
Hoy, soberana paliza a unos Jazz perdidos por completo. Boston venció por la vía rápida a partir de una ofensiva precisa como el bisturí del mejor cirujano y a partir de una defensa que ya se sitúa en los umbrales del dolor para los equipos rivales que buscaba Ime Udoka.
Victoria local por 125-97 tras masacrar a Utah desde el principio, un principio demoledor en el que Boston metió sin fallo alguno sus 10 primeros tiros del partido (con 6 de 6 desde el triple), lo que le hizo escaparse en el marcador a las primeras de cambio.
Jayson Tatum ya llevaba 9 puntos en los 4 primeros minutos de partido y Celtics ya alcanzó los 18 puntos de ventaja en un primer cuarto que acabó 39-24 con el equipo local metiendo 15 de sus 19 tiros de campo (7 de 9 en triples), capturando 12 rebotes por los 2, sí... ¡solo 2!, de Utah y asistiendo 13 de las 15 canastas del equipo con Marcus Smart en plan estelar en su faceta de director de juego y referencia defensiva.
Entre Jayson Tatum y Jaylen Brown metieron en el primer cuarto tantos puntos, 24, como todo el equipo de los Jazz, Robert Williams III ya había capturado 7 rebotes (5 más que todo Utah) y Smart había repartido 9 asistencias, igualando así el récord histórico de asistencias de un Celtic en un cuarto al situarse en la misma marca histórica que Rajon Rondo.
Ese primer cuarto dio paso a un segundo que fue más de lo mismo. La brutal ofensiva bostoniana destrozaba una y otra vez a unos Jazz incapaces de brillar en ataque ante el dispositivo defensivo local. Boston llegó a tener 30 puntos de ventaja en el segundo cuarto tras un triple y un mate de Daniel Theis, y con un rebote ofensivo bajo el aro de Payton Pritchard que le sirvió para anotar el 59-29, una jugada esta de Pritchard que desnudó definitivamente el alma muerta de los Jazz.
Boston alcanzó el intermedio dominando 68-45 no sin antes disfrutar con el tapón salvaje que Theis le endosó a Jordan Clarkson cuando este intentó hacer un mate.
Los Celtics llevaban al descanso 12 triples de 19 intentos, sumaban 21 asistencias, tenían a Tatum con 19 puntos, a Brown con 14 a Smart con 10 asistencias y a sus suplentes dominando a los suplentes rivales.
La segunda parte no sirvió para nada. Utah no se acercó más allá de los 18 puntos de desventaja. Durante el tercer cuarto, Timelord puso 2 tapones consecutivos a Eric Paschall -brutal este- y a Donovan Mitchell, el mejor jugador de Utah con mucha diferencia. Y el tercer acto finalizó 93-68 con una demostración de intensidad máxima de los Celtics, que en la última jugada del cuarto plantaron 2 tapones más a Utah por mediación de Al Horford y Tatum. Esta última jugada nos dio un buen acercamiento a la intensidad en la que se mueven estos Celtics.
Paseo local a partir de un brillante baloncesto para sumar 5 victorias seguidas y... ¡23 triunfos en sus últimos 27 partidos! Se ponen los de Udoka con registro de 46-28 y acumulan en el mes de marzo un clarificador 10-1 tras ganar hoy 125-97 con un 59,5% en el tiro de campo, 19 triples de 36 intentos y 37 asistencias por las 13 del equipo contrario.
Tatum ha terminado con 26 puntos, un 60% en el tiro y 5 triples, y ya suma 18 encuentros seguidos sin bajar de 20 puntos, Jaylen Brown ha metido otros 26 puntos, también con buenos porcentajes, Robert Williams III ha añadido 12 tantos, 10 rebotes y 4 tapones y Marcus Smart ha sumado 13 asistencias, su récord personal en la NBA.
Además, 9 puntos, 6 rebotes y 3 tapones de Horford en 31 minutos y buen desempeño desde la segunda unidad de Payton Pritchard, en gran estado de forma, Daniel Theis y Derrick White.
Utah ha vivido una pesadilla en el Garden. Otra vez sin Bojan Bogdanovic, con un Mike Conley insuficiente, con un errático Jordan Clarkson, con una excesiva soledad de Donovan Mitchell, que se ha ido hasta los 37 puntos.
Rudy Gobert ha firmado 14 tantos y 11 rebotes, sin ser en ningún momento un jugador con opciones de marcar diferencias.
El español Juancho Hernangómez ha sufrido un golpe de realidad y ha pasado de ser titular a jugar 5 minutos intrascendentes cuando el partido ya estaba decidido, lo que le ha impedido medirse de verdad a uno de los equipos en los que ha jugado esta temporada.