La noche que se cernía sobre Ben Simmons a golpe de abucheos sin pausa terminó convirtiéndose en noche de abucheos para Sixers y de silencio doloroso en la recta final del partido por parte de la afición local. Brooklyn Nets dio un repaso en toda regla a unos Sixers sobrepasados de principio a fin en un encuentro que acabó en paliza.
Mientras Simmons vivía en la banda su particular 'venganza' sin tener que poner un gramo de esfuerzo por su parte, James Harden sufría una noche de pesadilla. 'La Barba' llegaba al partido con un impoluto 5-0 en sus partidos con Sixers, pero su primera derrota ha resultado harto dolorosa al perder Philadelphia 100-129 ante unos Nets desatados, con un ataque de fábula, hermoso de contemplar.
Harden acabó con 11 puntos tras meter solo 3 de sus 17 tiros de campo y fallar todos sus tiros de 2, ¡nada menos que 0 de 10! Un desastre monumental que contrastó con el feliz regreso de Seth Curry a su antigua casa. Partidazo del ex de Sixers.
El trío formado por Kevin Durant, Seth Curry y Kyrie Irving laminó al rival y se cargó el partido en su sentido estrictamente competitivo. El 23-40 del primer cuarto marcó la pauta, y todo fue a peor para los locales: 51-72 al descanso con los Nets teniendo una máxima ventaja de 24 puntos en el segundo cuarto, 70-102 al final del tercer acto y un +36 como máxima diferencia en el marcador jugándose ya el cuarto final. Una auténtica paliza nacida de un equilibrio perfecto entre una excelente defensa y un excelente ataque.
Durant sumó 25 puntos, 14 rebotes y 7 asistencias, Curry añadió 24 tantos y 5 robos con 10 de 14 en el tiro y el bueno de Irving se fue a 22 puntos.
Un lujo para los Nets una suplencia con experiencia, calidad y nivel de juego colectivo, con jugadores como Patty Mills, Goran Dragic o el no suficientemente ponderado James Johnson, que terminó con 16 puntos y 5 tapones tras poner 4 chapas en la primera mitad. Buenos desempeños de Nic Claxton y, especialmente, Bruce Brown. En un equipo sin LaMarcus Aldridge y con Blake Griffin desaparecido desde hace tiempo de la rotación porque no parece que pueda dar mucho de sí. Objetivamente, Brooklyn tiene un plantillón, se mire por donde se mire.
No fue un partido al uso. Había mucha energía acumulada, demasiada tensión sin resolver, excesivas cuentas por saldar... y morbo, mucho morbo, con la vuelta a medias de Ben Simmons a Philly, presente en la banda sin jugar, un Simmons al que su antigua afición no le perdona su actitud con la franquicia. Pitos y más pitos para el australiano, al que no se le veía muy mal psicológicamente hablando.
Nada más empezar el juego se vio que iba a haber intensidades personales especiales. Andre Drummond, ex de Sixers, empezó defendiendo a Joel Embiid como si fuera el Dwight Howard de la burbuja de Orlando ante Jokic, y cometió 3 faltas en el primer cuarto; Durant y Embiid se encararon a gritos en mitad de la cancha, rostro sobre rostro, agresivos, retadores, territoriales; Harden se dio un golpetazo en una entrada a canasta con su excompañero Durant; y Harden e Irving andaban en algunas jugadas tan pegaditos, que parecía que en cualquier momento iban a hacer malas migas... pero toda esa energía de máxima rivalidad, todo ese caudal de juego de playoff, se fue disipando con rapidaz debido a la tremenda superioridad del equipo de Steve Nash, que hizo un partido francamente excelente.
Los Nets de hoy son un equipo de falso play-in. A tope, y todavía está Ben Simmons por estrenarse, Brooklyn es equipo a batir, de eso no hay duda. Jugando como hoy, Brooklyn es favorito a todo; jugando como lleva jugando en las últimas semanas no puede entrar en ninguna quiniela por muchos nombres propios que adornen la plantilla.
De la agresividad de los Nets hoy dio buena cuenta su protección del aro, con 15 tapones en el partido, ¡10 puestos en la primera parte!, así como el modo ejemplar en el que los Nets estrecharon la pintura cada vez que Harden intentaba penetrar, lo que derivó en que el jugador no tuviera éxito en ninguna de sus incursiones hacia el aro, llevándose varios tapones.
Al final del tercer cuarto (70-102), cuando acabó realmente el juego, estaba Brooklyn con un 61,8% en el tiro de campo, un 13 de 26 desde el triple y 13 tapones, mientras que Sixers acumulaba un 19 de 67 en campo y más pérdidas, 14, que asistencias, 12.
Sixers ya estaba medio muerto cuando Joel Embiid cometió su cuarta falta al principio del tercer cuarto. Siguió en pista, aunque ya empezó a irse definitivamente del partido con algunas pérdidas de balón que dispararon al equipo neoyorquino.
Embiid acabó con 27 puntos y 12 rebotes, con 5 de 17 en el tiro de campo y 15 de 19 en libres (¡todos en la primera parte!). Y es que al descanso Embiid había tirado 19 libres y todos los Nets 7. Es decir, entre Embiid y Harden totalizaron un 8 de 34 en el lanzamiento de campo en el encuentro. Un lastre difícil de sobrellevar.
Solo Tobias Harris se libró un poco de la quema en el tercer cuarto. Tras hacer, eso sí, un paupérrimo primer tiempo. Y nada más. Porque Tyrese Maxey solo metió 4 puntos. Desaparecido en combate el joven base, nada que ver con el Maxey arrebatador de la nueva era Harden.
Todo en Sixers fue un desastre, un desastre a la vista de Ben Simmons y provocado en parte por la mano mágica de Seth Curry, dos ex del equipo. No fue, desde luego, una buena noche para abuchear a Simmons, porque el descontento llegó por efecto boomerang a los jugadores de los Sixers hasta terminar en silencio.