Era el gran partido de la jornada y no defraudó. Dio mucho de sí el Bulls-Bucks. Fue un partido emocionante, cargado de jugadas espectaculares, en el que Chicago volvió a mostrar su incapacidad para ganar a equipos grandes y en el que Grayson Allen ejerció como villano para el público local.
Abucheos para Allen desde la grada durante todo el partido con Alex Caruso -el gran damnificado en su día por la mala acción de Allen- viendo el partido desde la banda y con el público celebrando su particular revancha cuando Derrick Jones Jr. cometió una flagrante sobre Allen, una falta fea y sospechosa.
Milwaukee ganó 112-118 para igualar a Bulls en la tercera plaza del Este (39-25 ambos equipos), superados solo por Miami y Philadelphia.
Giannis Antetokounmpo lideró el triunfo visitante con 34 puntos, 16 rebotes y 5 asistencias, sufriendo desde los libres (10 de 19) cuando parecía que ese capítulo del juego lo tenía totalmente superado, aunque metió 2 decisivos. Pero el jugador crucial en el triunfo fue Jrue Holiday, que nos dejó un maravilloso último cuarto en el que metió 16 de los 26 puntos con los que acabó el partido. Khris Middleton sumó 22 puntos y 7 asistencias, con un 60% en el tiro de campo, Bobby Portis brilló en la primera parte y Serge Ibaka jugó 12 minutos improductivos.
En Chicago, que arrancó con Tristan Thompson como titular, Zach LaVine hizo 30 puntos, DeMar DeRozan sumó 29 con un pobre 11 de 30 en el tiro, Nikola Vucevic aportó 19 tantos y 9 rebotes, Ayo Dosunmu y Javonte Green ofrecieron pinceladas y Derrick Jones Jr. nos dejó un mate para el recuero volando sobre la cara de Anteto.
El rebote fue visitante y los Bucks dispusieron del triple de tiros libres, 33, que el equipo local, 11.
Chicago siguió el mismo guion en los dos primeros cuartos: arrancar ambos períodos muy frío y totalmente desactivado en defensa para hacer los obligados ajustes defensivos a mitad de cuarto para ser competitivo. El tercer cuarto fue del equipo local, que se plantó ganando 88-81 en el inicio del último.
En ese tercer cuarto, sucesión de jugadas para el recuerdo. LaVine empató a 74 en una jugada eléctrica en la que Dosunmu robó un balón, corrió el contraataque y asistió a LaVine para que este se colgara del aro, poco después se adelantó en el marcador Chicago y un poquito más tarde llegó la jugada en la que Derrick Jones Jr. le plantó un póster brutal a Giannis para poner el 83-76 tras parcial de 13-2.
Llegado el último cuarto, Jrue Holiday fue el rey. ¡Qué jugadorazo es el infravalorado Holiday y qué partidazo se marcó en el momento de la verdad! La actitud del base quedó definida cuando erró un triple y capturó el rebote ofensivo cerca de la línea de fondo rival.
La definición fue emocionante. Con 109-114 en el marcador, LaVine metió un triplazo (112-114 a 24,4 segundos del final), pero la presión local al saque de fondo visitante provocó un desajuste que Middleton aprovechó para dar un pase de cancha a cancha para la canasta de Jevon Carter (112-116 a 19,5 segundos del final), que estaba solo. Un auténtico jarro de agua fría para Chicago.
Con 112-116, los árbitros pitaron una inexplicable falta a Middleton sobre el tiro de 3 de LaVine. Quedaban 15,2 segundos y esa decisión arbitral daba vida a Chicago, pero hubo revisión, quedó claro que no había sido falta y la jugada derivó en un salto entre dos con Vucevic y Anteto como protagonistas. Ganó el griego, se llevó el balón Bucks y Jrue Holiday sentenció desde los tiros libres.
Los Bulls siguen siendo un equipo frágil ante sus directos rivales, ante los aspirantes al título, y esa es una muy mala señal de cara a los playoffs.