No se sabe quién hizo más daño a quién, si el juego de Sixers a los ojos de James Harden o si el look de James Harden a la capacidad de concentración de los Sixers. Lo cierto es que la primera presencia de Harden en la banda de su nuevo equipo acabó en catástrofe.
¡Menuda paliza! No una paliza cualquiera, ¡una paliza histórica! Humillación en toda regla de los Celtics a los Sixers, dos históricos de la NBA. La mayor paliza registrada en todos los enfrentamientos entre Boston y Philaldephia: ¡48 puntos de ventaja tras tener una máxima de 51, y a domicilio!
El récord de Celtics a Sixers estaba en 37 puntos y databa de 1987. Ya ha llovido. Pero lo que le llovieron hoy al equipo de Doc Rivers fueron los triples del rival como piedras de granizo... ¡25 triples anotados por los Celtics con un 55,6% de acierto! Esos 25 triples constituyen un récord de la franquicia. Hasta 10 jugadores visitantes metieron al menos un triple.
Boston arrancó sin Robert Williams III, vio cómo Al Horford cometía su segunda falta a los 3 minutos de juego, quedando muy cojo el juego interior del equipo ante el poderoso Joel Embiid, y sufrió el varapalo de perder por lesión en el segundo cuarto a Marcus Smart, coincidiendo con el mejor momento de la temporada del jugador y del equipo. Pero ninguno de esos inconvenientes de primer orden sirvieron para aplacar el aluvión de baloncesto que le cayó encima a unos Sixers lamentables.
La estrafalaria indumentaria de Harden, una especie de pordiosero cultural del Soho, no sirvió para eliminar el foco de sus compañeros, que hicieron un partido espantoso de principio a fin. Arrancaron ya perdiendo 4-16, se fueron al descanso con un desalentador 42-69 y finalizaron el tercer cuarto cayendo de forma indecorosa por un tremendo 58-101. Aquello era una masacre propiciada por un equipo, Celtics, que anda en estado de gracia.
Jaylen Brown llevaba ya 26 puntos al descanso con 5 de 5 desde el triple. Terminó el partido con 29. Jayson Tatum le acompañó con 28 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias, el joven Nesmith se sumó a la fiesta con 18 puntos y los recién llegados Derrick White y Daniel Theis jugaron 28 y 20 minutos y ya son importantes en la segunda unidad.
Al Horford firmó 6 puntos y 9 rebotes en 20 minutos, extremando sus esfuerzos en ataque, y Marcus Smart solo pudo estar 13 minutos en juego. Se dobló mal el tobillo Smart en su cuerpo a cuerpo con Joel Embiid. Una lesión que se hace menos grave gracias al fichaje de Derrick White, porque si no...
Celtics ya está muy cerca de Sixers (34-25 por 34-23). Lo está porque ha ganando sus últimos 9 partidos y ha vencido en 11 de sus 12 últimos juegos. La defensa gana partidos y la defensa del equipo de Udoka ha crecido exponencialmente en estos momentos de la temporada. El entrenador, muy criticado en la primera parte de la temporada, parece empezar a encajar sus piezas.
Boston terminó con un 56,1% en el tiro de campo y dejó a los Sixers en un espantoso 28,7%, un porcentaje con el que no se puede ir ni a la vuelta de la esquina.
Embiid hizo 19 puntos lanzando muchos más libres que tiros de campo. Se corta su racha, ya que llevaba 31 partidos consecutivos sin bajar de 25.
Sus 19 puntos parecieron muchos en comparación con el resto. Segundo anotador, Tyrese Maxey con solo 11. Tobias Harris perdido, Matisse Thybulle negado desde el triple, Paul Millsap jugando 9 minutos con su nuevo equipo (9 puntos) y desastre colectivo de máxima magnitud de unos Sixers desconocidos.
Desde luego, si fuera por lo visto hoy, Harden no ejercería la opción de jugador de su contrato ni aunque le agarraran por el cuello. Habrá que ver qué pasa cuando deje sus hábitos de calle, esos modelitos estridentes que a nadie dejan indiferente, y se viste de corto con su nuevo equipo.