Con una sonrisa de oreja a oreja. Zach Collins tiene motivos para estar alegre. El ex de Gonzaga y Blazers debutó anoche con los Spurs después de estar sin jugar alrededor de un año y medio por una lesión en el pie izquierdo que se convirtió en un auténtico calvario.
Collins participó del sencillo triunfo de su equipo ante Houston, duelo texano que acabó con victoria de San Antonio por 131-106. Y se le vio razonablemente bien. Muy productivos sus minutos, más aún después de estar tanto tiempo parado.
El joven pívot estuvo 13 minutos en la pista y sus números estuvieron muy bien: 10 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 2 robos de balón.
Zach Collins tiene 24 años, pero a su todavía corta edad deportiva ya ha visto cómo su carrera se ha ido truncando por las lesiones tras ser seleccionado en el décimo puesto del draft de 2017.
En noviembre de 2019 una lesión en un hombro le tuvo 4 meses varado, y luego vino lo del pie, un pie que le ha obligado a pasar 3 veces por el quirófano, 3 cirugías que tuvieron lugar justo al empezar septiembre de 2020, en los últimos días de ese mismo año y en junio de 2021.
El resultado no fue otro que una trayectoria rota. En la temporada 2019-2020 solo jugó 11 partidos; en la 2020-2021 se quedó en blanco; y en la presente no ha podido debutar con su nuevo equipo hasta transcurridos 3 meses y medio de competición.
Su último partido databa del 15 de agosto de 2020. Fue un Portland-Memphis cuando él militaba en los Blazers.
Ahora habrá que ver cómo está ese pie y cómo va adaptándose a la competición tras una ausencia tan prolongada.