Damian Lillard no afrontará con el resto de sus compañeros la gira de 6 partidos que llevará a Portland a Denver para más tarde dirigirse al Este para jugar en Washington, Orlando, Miami, Boston y Toronto. La lesión abdominal que padece está detrás de su ausencia.
La estrella de Blazers está conviviendo muy mal con sus problemas abdominales. Su primera baja por ese motivo comenzó el 30 de noviembre y se extendió hasta el 12 de diciembre, perdiéndose entonces 5 encuentros. Y la segunda arrancó en 2022, año en el que todavía no se ha estrenado en la competición.
Lillard jugó el 31 de diciembre ante Lakers y después ha sido baja ya en 2022 en 5 partidos.
La idea es que el jugador no va a vestirse de corto como mínimo hasta que el equipo no regrese a casa: el 25 de enero ante Minnesota. De volver ese día, Lillard habrá estado fuera esta temporada 16 partidos por culpa de su lesión abdominal. Pero algunos en Estados Unidos no son tan optimistas.
Crece la impresión de que la lesión del base es más seria de lo que se quiere hacer pensar, motivo por el cual podría perderse todo lo que resta de temporada, y no faltan los malpensados que sostienen que Lillard no tiene muchas ganas de forzar la situación y jugar porque en su mente no hay otro objetivo que salir del equipo para buscar un destino más productivo.
La situación de los Blazers es bastante mala. Ocupan la décima plaza del Oeste, justo la última que da derecho a jugar el play-in, con un registro de 16-24 (algunos podrían por fin dar mérito al gran trabajo, labor infravalorada, que Terry Stotts hizo en este equipo durante años).
Pero si la temporada de Portland es mala, no lo es menos la de su gran referencia. Lillard solo ha jugado 29 partidos y lo ha hecho con medias de 24 puntos y 7,3 asistencias, incluidos bajos porcentajes de tiro. No anotaba tan poco desde la temporada 2014-2015.