Warriors dominó a Clippers en la segunda parte para ganar 90-105 a partir de su acierto en el triple y un formidable trabajo defensivo. El equipo de Steve Kerr, liderado un día más por Stephen Curry con 33 puntos, se pone ya con un estratosférico 18-2.
Séptima victoria seguida de unos Warriors que cuando pusieron el turbo dejaron fuera de foco al equipo angelino. Se enfrentaban dos de las más poderosas defensas de la temporada, pero hoy por hoy parece evidente que los recursos ofensivos del equipo de San Francisco están por encima de las dotes atacantes de la escuadra de Los Ángeles.
Bastante hizo Clippers con aguantar en competencia hasta el inicio del último cuarto teniendo en cuenta que acabó el partido con 24 pérdidas de balón. Perder 24 balones en un encuentro es sinónimo, salvo milagro monumental, de derrota, como lo es tener solo un ariete ofensivo, porque Paul George (30 puntos, pero también 8 pérdidas de balón) tuvo que exprimirse hasta límites insospechados ante la poca ayuda de sus compañeros, apartado del partido por sus problemas de faltas un Reggie Jackson nulo que acabó el partido sin anotar un solo punto.
Golden State, que tiene marca de 7-1 fuera de casa, disfrutó de otra masterclass de Stephen Curry, que mató el partido en el último cuarto con 3 triples consecutivos cargados de talento, 3 triples con firma propia, incluido uno driblando al rival con bote por la espalda. Esos 3 triples, unido a un cuarto anotado por Andrew Wiggins, pusieron la máxima ventaja en el marcador, un 77-98 con menos de 5 minutos por jugar. La suerte estaba echada.
Los de Steve Kerr ya habían avisado antes. Un primer aviso llegó al inicio del tercer cuarto, con un parcial de 2-11 fabricado en exclusiva por Curry y por Draymond Green para poner el 44-55 en el marcador. Y un segundo aviso llegó alimentado por el orgullo de Jordan Poole. El jugador de Warriors estaba haciendo un mal partido cuando en el tercer cuarto Hartenstein le puso un soberano tapón. La respuesta de Poole fue colosal: ¡Metió 4 triples seguidos, el último contra tablero! Ese arreón inesperado de Poole llevó el marcador al final del tercer cuarto hasta un 68-75, una pequeña distancia que fue el primer paso hacia la victoria.
Curry terminó el partido a su aire, descansando en la banda con una toalla sobre la cabeza que no podía ocultar su rostro feliz. La estrella visitante había abandonado la pista con 33 puntos, 6 asistencias, 6 robos de balón y 7 triples, tras ofrecer buenos porcentajes de tiro y anotar 13 puntos en el decisivo cuarto final.
A su lado, escoltándole, el partidazo de Otto Porter Jr. (18 puntos y 10 rebotes en 26 minutos) y los 17 puntos de Jordan Poole gracias a su racha del tercer cuarto. Sin necesitar las mejores versiones ofensivas de Andrew Wiggins y Draymond Green, estos Warriors acabaron sobrados, dejando atrás la horrible primera parte de ambos equipos en la que Golden State trabajó muy mal el rebote, despuntando los visitantes en la segunda mitad desde el triple y terminando el partido con nada menos que 19 robos de balón (con 6 del ya citado Curry y 4 de Gary Payton II jugando solo 12 minutos).
Otro buen partido del mexicano Juan Toscano-Anderson, que jugó 22 minutos en los que le fue muy bien a su equipo, y con Kerr pegándose el lujo de jugar los minutos decisivos del encuentro con Chris Chiozza en la pista. Así de fáciles van estos Warriors.
Clippers llegó hasta donde pudo. Está haciendo una gran temporada sin Kawhi Leonard amparándose en una muy buena labor defensiva, pero Warriors anda ahora mismo fuera de su alcance.
En ataque, poco más que el citado Paul George. Eric Bledsoe firmó 13 puntos y 10 rebotes, sin dar una sola asistencia, Marcus Morris también anotó 13 y fue de lo mejor de su equipo y Terance Mann ofreció intensidad contagiosa y tuvo detalles muy positivos, siendo autor también de una falta que enfadó a Curry hasta niveles suficientes para recibir una técnica.
Warriors lidera con 18-2 el Oeste frente al 17-3 de Suns. Los primeros llevan 7 victorias consecutivas y los segundos suman 16. Y el martes se verán las caras. El partido promete.