La NBA ha anunciado formalmente que va a abrir una investigación sobre Robert Sarver y Phoenix Suns como consecuencia de las informaciones de ESPN que acusan al propietario del equipo de Arizona de adoptar durante años conductas racistas y misóginas.
Sarver, propietario de los Suns y del RCD Mallorca (equipo de fútbol español), ya negó días atrás mediante un comunicado de sus abogados las acusaciones vertidas sobre él, y algunos de sus empleados más próximos salieron en su defensa.
"Las acusaciones contenidas en el artículo de ESPN de hoy son extremadamente graves y nos hemos dirigido al bufete de abogados Wachtell Lipton para que inicie una amplia investigación", asegura la NBA en su comunicado de hoy.
La investigación en torno a Sarver no será tan rápida, segun ESPN, como la llevada a cabo en 2014 sobre el entonces propietario de los Clippers, Donald Sterling, indagaciones que derivaron finalmente en la venta del equipo.
La liga afirma que las decisiones respecto a Server y los Suns se tomarán en base a lo que resulte de la investigación que ahora se inicia.
Robert Sarver se hizo con los Suns en 2004 y, según ESPN, su conducta racista y misógina habría abarcado prácticamente sus 17 años de propiedad de la franquicia.
La cadena estadounidense ha entrevistado a más de 70 antiguos y actuales trabajadores del club, empleados que abarcan prácticamente esos 17 años de presencia de Server en Suns.
El informe periodístico habla de "un lugar de trabajo tóxico y, a veces, hostil" y se refiere a la utilización por parte del dueño de los Suns de un lenguaje insensible desde el punto de vista racial, así como de conductas misóginas, una de las cuales se refleja en el momento en el que Sarver mostró a algunos de sus empleados una foto de su mujer en bikini y alardeó de las veces que su esposa le había practicado sexo oral.
"Vergonzoso como propietario", dijo uno de los empleados entrevistados.
Uno de los testimonios recabados es el del que fuera entrenador del equipo, Earl Watson, que relata una conversación con Server en el vestuario, sin testigos, en la que el propietario del club tuvo un lenguaje inapropiado desde el punto de vista racial.
Habrá que ver qué da de sí la investigación de la NBA, pero la polémica está servida.