Cursó visita DeMar DeRozan a Toronto, la que fuera su casa durante muchos años, y volvió a brillar con luz propia en tierras canadienses para dar una nueva victoria a Chicago Bulls, que empieza la temporada con marca de 4-0, algo que no lograba desde el curso 1996-1997.
Los Bulls son un equipo reforzado desde que llegara Nikola Vucevic en el último deadline y hayan aterrizado DeRozan, Lonzo Ball y Alex Caruso en el mercado estival, pero parte del grado de éxito logrado hasta la fecha se debe a un calendario bonancible que les ha enfrentado dos veces con Pistons, una contra Pelicans y lo otra contra Raptors.
Más allá de ello, respira optimismo la afición de Chicago tras unos años de desconcierto y poco tino del equipo. Los Bulls han empezado sin fallar, ganando partidos que tenían que ganar y engrasando una maquinaria que aún está a medio hacer.
Hoy han sufrido ante Toronto, pero han ganado 108-111. El error en un libre de Vucevic dio bola final a los locales, pero el triple de Fred VanVleet no pudo forzar la prórroga.
Chicago, que solo metió 19 puntos en el cuarto final, sobrevivió gracias a los 11 que hizo DeRozan en ese delicado momento. Y parece mentira que los Bulls pudieran ganar un partido en el que rebotearon tan soberanamente mal. Horror de los grades del equipo visitante en los tableros.
DeRozan lideró la victoria con 26 puntos y 6 asistencias. Además, 22 puntos de Zach LaVine superando un muy gris primer tiempo, 17 y 8 rebotes de Vucevic, que no anda demasiado fino, y 15 tantos, todos desde el triple, del recién llegado Lonzo Ball. Bien desde la segunda unidad Troy Brown Jr. y Caruso.
A Toronto le mató el perder 19 balones, a pesar de lo cual llegó vivo al final del partido. OG Anunoby metió 22 puntos, Gary Trent Jr. hizo 18 y Fred VanVleet sumó 15 puntos y nada menos que 17 asistencias y 8 pérdidas de balón, protagonizando todos los excesos para bien y para mal de su equipo.
Además, doble-doble del joven Achiuwa y 13 puntos del novato Scottie Barnes.
Los Bulls arrancan sin errores, pero habrá que calibrarlos de verdad cuando los rivales sean equipos más exigentes.