Los Lakers solo fueron LeBron James y Anthony Davis; los Warriors fueron, por el contrario, un equipo. Fiarlo todo a dos hombres, por muy buenos que sean, no suele ser una buena idea; tirar de colectivo permite ganar partidos aunque tus estrellas flaqueen, y en estos últimos términos se ha movido Golden State para ganar 114-121 en el Staples.
Warriors tuvo una muy feliz y productiva segunda unidad en la que brillaron Andre Iguodala, Damion Lee y, sobre todo, el serbio Nemanja Bjelica, que ejerció en el Staples un magisterio digno de todo elogio. Bjelica, crucial en el triunfo, exhibió su mejor repertorio, resultó esencial en la recta final y acabó con 15 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias tras meter 6 de sus 7 tiros de campo. La segunda unidad visitante metió 55 puntos por los 29 de la suplencia local. Y ahí radicó uno de los grandes problemas para Lakers.
Brilló igualmente en Warriors Jordan Poole, que disfrutó de su anunciada titularidad para anotar 20 puntos en 25 minutos de juego. Está llamado a dar un gran salto esta temporada.
El juego colectivo de Warriors, su notable movimiento de balón y su facilidad para resolver el juego en el desenlace del partido le hizo acreedor de una victoria lograda con Stephen Curry haciendo un 5 de 21 en el tiro, con Draymond Green estando lejos de su mejor versión, con Andrew Wiggins ofreciendo un rendimiento gris y con las ausencias de Klay Thompson, James Wiseman y el novato Kuminga. Importante el mejor desempeño de Golden State en los libre ante un equipo local que ha estado por debajo del 50%.
Para todo eso y más dio el sentido colectivo del juego de Warriors, que remontó un marcador adverso para cimentar el triunfo en el inicio del cuarto final, con todos sus suplentes en la pista y con Curry y Green descansando en la banda.
El mexicano Toscano-Anderson jugó 12 minutos en los que sumó 6 puntos y 3 rebotes.
El mal camino de Lakers
Lakers encadena ya 7 derrotas (6 en los 6 partidos de pretemporada y la de hoy en su primer juego oficial). El dato es lo de menos a esta altura de la temporada, porque hay mucho tiempo para enderezar el rumbo, pero ese amplio margen temporal no ha de impedir ver algunos lastres que puede tener este equipo.
Para empezar, encajar 38 puntos en el último cuarto no es aceptable para un equipo que quiere aspirar a todo, como no lo es fiarlo todo a dos jugadores. La buena noticia es que esos dos jugadores, LeBron James y Anthony Davis, empiezan el curso como un tiro tras venir de una temporada de lesiones. La mala es que el resto de compañeros no ha aportado casi nada.
Entre LeBron y Davis han metido 67 de los 114 puntos de su equipo y han capturado 22 de sus 45 rebotes. James es una mala bestia. Su compromiso en la cancha resulta intachable y su poderío físico a su edad deja a todos atónitos. Hoy, 34 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias. Junto a él, un gran Davis, con 33 puntos y 11 rebotes. Tras ellos, el vacío. Nadie más en Lakers ha llegado a los 10 puntos.
El estreno de Russell Westbrook nos ha deparado una actuación caótica: 8 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias, 4 de 13 en el tiro y -23 para Lakers con él en cancha. Los minutos que ha compartido en la pista con Rajon Rondo han sido un pozo sin fondo para el equipo angelino. Un dúo que ha resultado, al menos hoy, autodestructivo.
Carmelo Anthony, mientras, ha sido muy celebrado desde la grada, ha empezado bien, pero se ha ido diluyendo hasta convertirse en un jugador invisible.
Lakers ha defendido mal, y esa puede ser una de sus grandes grietas, porque no tiene una plantilla especialmente diseñada para marcar la diferencia desde la retaguardia.
El equipo, eso sí, se ha mostrado competitivo hasta que se ha venido abajo en un momento dado del último cuarto. Cuando Bjelica ha pasado el balón a Wiggins haciendo un rectificado y este ha enchufado un triple para poner el 103-115 todo ha terminado. Esa ha sido la puntilla, y todavía quedaba minutos de juego.
Warriors ha sabido definir y Curry ha enmendado su horrible noche en el tiro haciedo el octavo triple-doble de su carrera NBA. Steve Kerr tiene motivos para estar contento.