Prodigio, milagro, magia, llámenlo como quieran, pero lo único cierto es que hoy hemos asistido a algo histórico, a una actuación única, irrepetible por todo lo que conlleva, porque Kevin Durant se ha disfrazado de videojuego como si nunca hubiera sufrido un Aquiles. ¡Lo nunca visto, algo así como caminar sobre las aguas!
Durant ha firmado hoy una actuación legendaria, un partido que pasará a los anales de la NBA como uno de los más alucinantes protagonizados en postemporada, una actuación que además ha valido una remontada y una victoria en el momento más delicado para su equipo. Victoria de Nets sobre Bucks por 114-108 tras ir perdiendo por 17 puntos y serie a favor de los de Brooklyn por 3-2 sin Kyrie Irving y con James Harden jugando una minutada a pesar de solo tener sana una pierna.
Lo de Durant, simplemente divino, un triple-doble de poner los vellos de punta. Sus números se convierten en históricos por la puerta grande: ¡49 puntos, 17 rebotes, 10 asistencias, 3 robos, 2 tapones, 16 de 23 en el tiro de campo con 4 triples, 13 de 16 en libres y los 48 minutos jugados, sin descansar un solo segundo! Todo eso tras haber sufrido en 2019 una lesión en el tendón de Aquiles, una de esas lesiones malditas que retiran a un jugador o en el mejor de los casos le limitan y le reconvierten.
El alero de Brooklyn Nets ha hecho hoy lo que nadie había logrado en la historia de los playoffs, un partido de al menos 45 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias. Y solo dos jugadores habían llegado a las cifras de hoy de Durant en la historia de la temporada regular: Elgin Baylor en 1961 y Wilt Chamberlain por partida doble en 1963 y 1968.
Durant, que anotó 20 puntos en el último cuarto (todos los jugadores de Bucks sumaron 21), enchufó un triple alucinante a 50,7 segundos del final (109-105), robó un balón a Giannis Antetokounmpo con 15,3 segundos por jugar, anotó acto seguidos dos libres (111-107), capturó un rebote vital a 12,5 segundos de la conclusión y metió un libre más faltando 11,5 segundos (112-108) fallando uno que le hubiera llevado hasta los 50 puntos. Ese fue su tremendo bagaje en el último minuto del partido, bajo la presión total de la definición del encuentro.
Como gran compañero de hazaña Jeff Green. El veterano jugador logró 27 puntos tras meter 7 triples de 8 intentos (¡encestó sus 7 primeros tiros de 3!). Blake Griffin hizo 17 puntos y James Harden jugó como pudo viniendo de una lesión muscular muy delicada. Inesperada locura de Steve Nash poniéndolo en pista 46 minutos a pesar de que era evidente que no podía afrontar de ninguna manera el uno contra uno y que no tenía piernas para lanzar con comodidad en suspensión. Pero ahí estuvo, haciendo de tripas corazón. Sumó solo 5 puntos con 1 de 10 en el tiro de campo y 0 de 8 desde el triple, pero al menos capturó 6 rebotes, dio 8 asistencias y simuló una amenaza ofensiva aunque nunca lo fuera.
Brooklyn sobrevivió a la baja de Irving, a la situación física de Harden y al 2 de 11 de un desafortunadísimo, de nuevo, Joe Harris, además de rehacerse de un nefasto inicio de partido y de una muy deficiente primera mitad.
Milwaukee empezó como un tiro. Primer cuarto: 15-29. La ofensiva local en modo esperpéntico: 15 puntos con 4 de 20 en el tiro de campo, 2 de 13 en los triples y solo dos jugadores anotando, Green y Durant. Los Bucks se pusieron 17 arriba en el segundo cuarto y se marcharon al descanso ganando 43-59. El partido parecía roto, con unos Nets incapaces de jugar al baloncesto y unos Bucks sobrados.
Pero luego llegó el prodigio, la remontada bajo la luz inagotable de Durant. Parcial de 71-49 en la segunda mitad con 31 puntos, sí, 31 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias en la segunda parte del alero sobrehumano. Un abuso de campeonato. Y remontada a pesar de llegar a estar otra vez 17 puntos abajo (54-71) jugándose el tercer cuarto.
Un triple de Durant disputándose el cuarto final puso el 94-93 en el marcador, ¡la primera ventaja local en el luminoso desde el 2-0 del inicio del partido!
De nada sirvió que Bucks presentara a una batería de jugadores en pos del triunfo, que Antetokounmpo firmara 34 puntos y 12 rebotes con 14 de 22 en el tiro (vital su pérdida de balón en los segundos finales), que Khris Middleton hiciera 25 puntos, que Jrue Holiday se fuera a 19 con 8 asistencias, que Brook Lopez ayudara con 15 puntos metiendo esta vez 3 triples, que Pat Connaughton ofreciera una buena primera parte, que P.J. Tucker se vaciara físicamente para no poder detener a Durant...
El partido fue una mixtura clara: lo ganó Durant y lo perdió Milwaukee a partes iguales, porque no hubo soluciones defensivas de ningún tipo desde el banquillo de Bucks a la noche celestial del dios Durant, un tipo que se elevó hasta el Olimpo impulsándose con su nuevo tendón de Aquiles, un milagro jamás registrado en la historia del baloncesto.