Los Warriors se ahogaron a pocos metros de la orilla. Se acabó la temporada del equipo de San Francisco: Stephen Curry no estará en los playoffs. Merecido triunfo de unos Memphis Grizzlies que se enfrentarán en la primera ronda de la postemporada a Utah Jazz.
Victoria en la prórroga para Memphis por 112-117, un triunfo que lleva al equipo de Taylor Jenkins a entrar en los playoffs por primera vez en 4 años tras quedarse el pasado curso a las puertas de ellos tras perder su ventaja en la burbuja de Orlando.
Warriors pasó de casi clasificarse venciendo a Lakers tras dominar el partido durante muchísimos minutos a ir a remolque de los Grizzlies sufriendo hasta forzar una prórroga a última hora y perder sus opciones en el tiempo extra tras un partido que volvió a poner de manifiesto que el play-in es un formato competitivo que ha llegado a la NBA para quedarse.
Ja Morant fue el jugador del partido. El joven base reivindicó su figura, agrandó su cartel y proclamó su madurez deportiva. Y no fue el único joven del equipo visitante que se agrandó en una cita importante. Los novatos Xavier Tillman y Desmond Bane corroboraron las buenas maneras que habían proclamado a lo largo de su primer año como profesionales. Estos Grizzlies tienen futuro.
Morant acabó con 35 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias, 4 robos y 5 triples, además de meter dos canastas cruciales en la prórroga. Además, 14 puntos de un Dillon Brooks desacertado en el tiro y 40 de una segunda unidad a gran nivel, con Grayson Allen, Desmond Bane y Xavier Tillman funcionando muy bien.
En el otro lado de la cancha, Stephen Curry no hizo su mejor partido, pero jugó con todo el alma y su gran clase hasta dondo pudo, acosado constantemente con ayudas defensivas extremas, con marcas que fueron más de una vez más allá del dos contra uno. El problema de Warriors es que no tuvo jugadores de suficiente enjundia para aprovechar las líneas de ataque que quedaban libres con la existencia de Curry como agujero negro, atrayendo hacia sí toda la luz y toda la energía del equipo rival.
Todos los jugadores que lo hicieron relativamente bien en Warriors tuvieron peros. Curry (39 puntos y 6 triples) perdió demasiados balones, algo que puede justificarse por la sobremarca a la que se vio sometido; Draymond Green, que hizo un triple-doble (11 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias), también perdió excesivas bolas; Andrew Wiggins (22 puntos y 10 rebotes), que tuvo sus momentos, se encogió de mala manera en la prórroga; y Jordan Poole (19 puntos), que hizo un partidazo, falló lamentablemente en la parte final de la prórroga, perdiendo un balón muy importante y olvidando incomprensiblemente su marca en un momento esencial de la temporada.
El mexicano Juan Toscano-Anderson acabó con 4 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias, siendo el que mejor +/- hizo de todo su equipo (+11 de Warriors con él en cancha).
A Golden State le pesaron las pérdidas de balón, ¡nada menos que 21! Su relación robos-pérdidas, 7-21, contrastó con la del equipo visitante, 14-13. Un aspecto del juego que resultó desequilibrante.
De nada sirvió que el Chase Center se vistiera hasta donde se puede vestir una cancha en pandemia. Muchos espectadores, teniendo en cuenta las circunstancias: 7.505 aficionados en las gradas. Pero no hay forma. Segundo año del estelar y mediático traslado de Oakland a San Francisco y segundo fiasco.
El partido parecía tener dueño. Y, de hecho, lo tuvo durante buena parte de la noche, y ese dueño fue Memphis. Grizzlies se fue al descanso ganando 49-62 a pesar de que Jonas Valanciunas solo pudo jugar 9 minutos en la primera parte por culpa de las faltas.
La buena noticia para Warriors fue su recuperación en el tercer cuarto. De solo anotar 20 puntos en el segundo a solo encajar 16 en el tercero producto de su trabajada e intensa defensa.
Memphis tenía mediado el tercer cuarto a sus dos hombres altos de referencia, Jonas Valanciunas y Jaren Jackson Jr., con 4 faltas. Todo un problema. Y el cuarto acabó 73-78.
A pesar de ello, los Grizzlies consiguieron conservar su ventaja y llegar a los 2 minutos y medio finales con ventaja de 7 puntos, 90-97, pero ahí es donde se vio la corta experiencia de Memphis en situaciones de máxima presión. Parcial de 9-2 en la recta final para el 99-99 y la prórroga.
Valanciunas fue eliminado por faltas a 1:12 del final, a Kyle Anderson no le templó la mano para el 97-99, Andrew Wiggins empató a 99 y ni Tillman ni Green acertaron en los últimos ataques.
Ya en la prórroga, un par de triples importantes de Grayson Allen, respondidos por sendos tiros de 3 de Green y Poole, otro triple de Memphis a cargo de Tillman (109-110) y en el momento de la verdad... ¡Ja Morant por partida doble! Porque el joven base definió en el momento más crudo. Anotó Morant el 109-112 a 48,3 segundos del final, perdió la bola Jordan Poole y volvió a anotar Morant a 4,5 segundos de la conclusión para el 109-114.
Fue entonces cuando Poole intento y consiguió resarcirse en parte de su error anterior metiendo un triple estratosférico desde la esquina. Brutal: 2,2 segundos por jugar, triple alucinante y 112-114.
Pero Poole se instaló en una peligrosa y mortal montaña rusa: primero una pérdida de balón, luego ese triple increíble y para terminar un despiste defensivo imperdonable. Tiempo muerto de Memphis, aplomo máximo de Kyle Anderson al sacar de banda para esperar el momento preciso para conectar con un compañero y el novato Bane deja la marca del despistado Poole, entra a canasta, se cuelga del aro y fuerza la falta, un 2+1 que valía definitivamente el partido, un 2+1 que coronaba a Grizzlies y condenaba a Warriors.