Charlotte Hornets vivió un día feliz. La victoria ante los Pistons (107-94) no deja de ser importante, pero más aún lo ha sido recuperar para el juego a los lesionados LaMelo Ball y Malik Monk en un momento tan crucial de la temporada.
Volvió el añorado Ball. LaMelo se fracturó una muñeca el 20 de marzo y llevaba 6 semanas sin jugar que le habían hecho perderse 21 partidos. Su regreso ha constituido una grata sorpresa porque hasta hace unos días las dudas en torno a él persistían y se temía que podría perderse lo que restaba de temporada.
Ball saltó como titular a la pista, jugó 28 minutos y logró 11 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias, una de ellas espectacular en su ejecución para que anotara Miles Bridges. Metió 4 de sus 10 tiros de campo y su equipo hizo un +19 bajo su batuta. Verle jugar siempre es una alegría para los ojos.
Malik Monk, mientras, se había perdido un mes exacto de juego (su último partido databa del 1 de abril), tiempo en el que dejó de jugar 15 encuentros por una lesión de tobillo.
Monk partió desde la segunda unidad para aportar 11 puntos, 2 rebotes y 2 pases de canasta en 22 minutos.
El partido no hubiera llamado la atención de no ser por la vuelta de LaMelo, que con su regreso no solo puede ayudar a su equipo a consolidar su puesto de play-in e incluso a coquetear con el playoff directo, sino que también se catapulta como favorito para ser Novato del Año con permiso de Anthony Edwards.
La victoria local se cimentó en el acierto en ataque de Terry Rozier (29 puntos y 8 triples) y Miles Bridges (27 tantos), así como en el trabajo defensivo.
Los mejores visitantes fueron Frank Jackson y el novato Bey.