Gonzaga llegaba como invicta a la gran final universitaria, pero las semifinales habían dejado signos inequívocos de que la gasolina estaba del lado de Baylor, que había destrozado a Houston en el partido anterior, mientras que los Zags habían sufrido hasta el extremo para salvar los muebles ante UCLA.
A pesar de ello, se esperaba una final igualada con Gonzaga conservando su vitola de favorita, pero esa doble estimación saltó hecha pedazos a partir del salto inicial de la gran cita universitaria disputada en un mastodóntico escenario como es el Lucas Oil Stadium.
Baylor empezó como una moto en defensa y en ataque para endosar un 0-9 en los 3 minutos iniciales con Davion Mitchell y Jared Butler monopolizando los puntos del partido, Jalen Suggs cometía muy pronto 2 faltas y la ventaja de Bears no hizo más que ampliarse hasta el 10-29 en los primeros 10 minutos del partido, con tremendos problemas de Bulldogs para cerrar su rebote, con continuas pérdidas de balón del equipo de Waco y con una defensa de Baylor extremadamente potente.
Ese inicio arrollador marcó el partido, que a partir de ahí estuvo dominado hasta el final por Baylor, que terminó ganando 70-86 sin ceder nunca el control del marcador, para obtener así su primer título nacional con Jared Butler como MOP tras acabar con 22 puntos, 7 asistencias y 4 triples.
El partido no tuvo más historia que el dominio arrollador y sin fisuras de Bears, un equipo imparable en todos los aspectos, un equipo cuya defensa bordó la excelencia hasta dejar a Gonzaga en su peor anotación del curso a pesar de meter el 51% de sus tiros.
La victoria de Baylor (28-2 al final del curso) se sustentó en ataque en el citado Butler, en MaCio Teague (19 puntos) y en ese gran defensor llamado Davion Mitchell (15 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias), un jugador muy hecho con proyección en los dos lados de la cancha. Adam Flagler metió 13 puntos y Mark Vital capturó 11 rebotes.
A ellos se sumaron las labores defensivas de Jonathan Tchamwa Tchatchoua y de Flo Thamba, dos jugadores especialmente diseñados para poder defender a Drew Timme, jugador que estuvo muy por debajo del nivelazo que ha mostrado en la March Madness 2021.
El mejor jugador de Gonzaga fue Jalen Suggs. Metió 22 puntos este purasangre bañado de clase que está llamado a entrar por la puerta grande en la NBA. Tras él... poco pólvora ofensiva: Corey Kispert y Drew Timme anotaron 12 puntos cada uno.
Gonzaga no pudo parar a su rival ni con defensa zonal ni con marca individual. El rebote tuvo una sola firma, la de Baylor, equipo que controló perfectamente las pérdidas de balón y que lanzó mucho mejor de 3 que los Zags, que perdieron la oportunidad de convertirse en el primer equipo en ganar el título de la NCAA invicto desde que tal hazaña la lograra Indiana Hoosiers en 1976. Se quedan sin título pese a su 31-1 en el curso.
El equipo de Mark Few salió vivo de la primera parte gracia a enderezar algo su rumbo en la recta final del medio tiempo para irse a vestuarios perdiendo solo por 10 puntos (37-47).
Por entonces, llevaba una serie de 1 de 6 desde el triple (por el 7 de 12 de Baylor), había cedido ya 9 rebotes en su aro y había perdido 8 balones, a pesar de lo cual tenía aún opciones de ganar el campeonato más por aritmética y trayectoria en la temporada que por el lenguaje corporal del equipo en la pista.
MaCio Teague y Jared Butler habían socavado la defensa de los favoritos, con aportación notable en la ofensiva de Flagler, mientras que la retaguardia de Baylor había frenado la amenaza de Suggs y en la segunda parte provocaría la desaparición en ataque de Timme.
Suggs reaccionó tras el descanso, Kispert salió brevemente de la pista por un problema en un hombro y los Zags se colocaron a 9 puntos (49-58) tras una canasta de Nebhard. Y ahí estuvo la clave definitiva del partido, ahí radicó media final, cuando tras ponerse a 9 puntos, Gonzaga encajó un 2-9 que puso a Baylor con 16 de ventaja (51-67). Ahí demostró Bears el tremendo talante ganador de sus jugadores y ahí se vio cómo respiraba Gonzaga, con dificultades extremas.
El resto fue una muestra de impotencia de Bulldogs, que para colmo perdió a Joel Ayayi por una lesión de rodilla a 5:18 del final.
La recta final fue tiempo abonado para la celebración de los ganadores y la ceremonia de la decepción por parte de un equipo, Gonzaga, que solo perdió un partido en todo el curso, pero que lo perdió en la final, un momento que siempre resulta de lo más inoportuno.