Así sí. Desde el principio hasta el final los Lakers desplegaron una intensidad extra en todas sus acciones. Esa intensidad les llevó a cometer pérdidas de balón. Pero fue esa misma intensidad la que nos dejó una versión triunfal del equipo.
Sobresaliente partido a nivel defensivo del equipo de Frank Vogel. Sin LeBron James, Anthony Davis y Andre Drummond, Lakers remontó el vuelo. Lo hizo a partir de una comunidad máxima de sus jugadores en la cancha. Lo logró gracias a una brillante noche desde el triple. Dominaron el partido de cabo a rabo estos Lakers intensos. Y dominaron a un equipo, los Kings, que está en su mejor momento de la temporada.
Kyle Kuzma ejerció por fin de líder. El alero se olvidó de sus miedos. Quiso el balón. Se mostró agresivo de cara al aro. Funcionó con el corazón y no perdió la cabeza. Y anduvo atinado en sus disparos. Suyos fueron 30 puntos. En un triunfo incontestable: 94-115. Trabajado y disfrutado. Porque el equipo se comportó en la pista como una piña.
Volvió Marc Gasol al cinco inicial por la lesión de Drummond. Regreso pasajero a la titularidad y al juego. Pero gran oportunidad que no desaprovechó. Reivindicó Marc su condición de jugador que puede aportar mucho todavía. No es el Marc de antaño. Los años pesan. Pero ante Kings hizo un sobresaliente ejercicio defensivo. Y fue importante en la circulación de la bola. Muchos balones pasaron por sus manos.
Terminó el español con 5 puntos (tiró 3 veces), 9 rebotes y 6 asistencias. Jugó 28 minutos (Harrell disputó 17). Y con él en pista, +20 para Lakers. Buen partido del catalán.
Lakers tuvo a muchos jugadores aportando. Buena dirección de un ágil Dennis Schröder. Sumó 17 puntos, 8 asistencias y 4 robos. Otro, como Gasol, que estuvo por encima de lo que dicen sus números. Otra vez bien Tylen Horton-Tucker (15 puntos y 4 robos). Gran primera parte de Markieff Morris. Para acabar la noche con 14 puntos y 8 rebotes. Y resurrección en toda regla de Kentavious Caldwell-Pope. ¡Ya era hora! Acertado por fin desde el triple: 4 de 7. Doble-doble para él con 13 puntos y 10 rebotes.
La intensidad extra de Lakers se notó en su trabajo en los tableros. Hambre de rebote. Dominio de la situación en el aro propio. Agresividad máxima en el aro contrario. Y en defensa, claro. Porque Lakers defendió mucho.
Sacramento se fue desintegrando según avanzaba el partido. Empezó el juego con un parcial de 4-12. Los Lakers se pusieron ya 11-24 en el primer cuarto. Pero Kings recuperó hasta el 27-29. Fue su canto del cisne. A partir de ahi, malamente a remolque de los angelinos. Al descanso, 53-65. Al final del tercer cuarto, 76-91. Y la diferencia que se fue a casi 30 puntos en el cuarto final.
Los visitantes perdieron muchos balones. Pero su dominio del rebote y su defensa equilibraron la situación. Luego estuvo el triple, claro. Los Lakers hoy sí que han estado acertados desde el perímetro: 17 triples con efectividad superior al 50%.
Solo Harrison Barnes ha funcionado en el ataque local. Y solo en la primera parte. Sumó 22 al descanso. Al final, 26 con 9 de 10 en el tiro. Nadie más ayudó. Salvo los esfuerzos desde la segunda unidad de Delon Wright.
Partido para olvidar de De'Aaron Fox (5 de 20 en el tiro). Hoy perdió la magia que le acompañaba últimamente. Richaun Holmes no pudo con Gasol. Buddy Hield hizo un 1 de 9 desde el triple. El novato Haliburton solo destacó por la explosión cromática de sus zapatillas. Y, en definitiva, Sacramento estuvo siempre muy bien atado.
La única falla para Lakers fue la lesión de Wesley Matthews en la primera parte. Se llevó un golpe feo en el cuello en una caída. Más allá de ello, Lakers por fin jugó al baloncesto con hambre. Y eso es siempre un buen principio.