Brooklyn Nets ya está a velocidad de crucero sin que nada altere su vuelo. El equipo de Steve Nash ha vencido con facilidad a los Lakers para sumar ya 5 victorias consecutivas y para proseguir con su gira triufal por el Oeste.
Los Nets llevan un perfecto 4-0 en esa gira occidental a pesar de estar jugando sin Kevin Durant. Hoy, al menos, recuperaron a Kyrie Irving, y a pesar de que este se mostró gris, muy lejos de su tremenda capacidad como jugador, Brooklyn venció con comodidad a los Lakers (98-109), que no pudieron contar ni con Anthony Davis ni con Dennis Schröder, este último al entrar en los protocolos Covid-19.
El partido era la gran atracción de la mínima jornada del jueves, pero quedó mutilado por las bajas y por el nulo equilibrio competitivo entre los contendientes. Eso sí, al menos quedará en el recuerdo histórico porque LeBron James se ha convertido hoy en el tercer jugador en alcanzar los 35.000 puntos en la NBA, y el más joven en lograrlo. Lo consiguió en la primera parte.
James hizo otro gran ejercicio deportivo, un nuevo partidazo con escaso acompañamiento. Fueron más los Nets que los Lakers desde el primer cuarto. Su dominio resultó incontestable de principio a fin.
El 98-109 final puede dar una falsa impresión, la falsa impresión de que Lakers peleó hasta el final por el triunfo. No fue así. Brooklyn rompió el partido en el tercer cuarto y llegó a tener una ventaja de 25 puntos en el último (74-99 tras un triple de Joe Harris) tras endosar un 0-9 de inicio a su rival.
James Harden (23 puntos y 11 asistencias) y Joe Harris (21 puntos y 6 de 7 desde el triple) fueron los mejores jugadores visitantes, sin olvidar la notable actuación del francés Luwawu-Cabarrot (15 puntos con 5 de 8 desde el triple). ¡Entre Harris y Luwawu-Cabarrot metieron 11 triples por los 8 que anotaron Lakers en todo el partido!
El triple fue uno de los grandes caballos de batalla de Lakers. Separó un abismo a ambos equipos en la larga distancia. Al descanso, 53-64, Brooklyn estaba en un estupendo 11 de 21 desde la línea de 3 y Lakers en un 4 de 14, y la cosa nunca mejoró en este capítulo para el equipo local.
Otro dato a tener el cuenta es el desastre angelino en el control de la posesión en el tercer cuarto, el cuarto que desequilibró definitivamente el partido. ¡Lakers perdió 9 balones en esos 12 minutos! Un desastre.
En ese cuarto estuvo la clave de todo. Nets se puso con 17 de ventaja (53-70), LeBron reaccionó e impulsó la recuparación de los suyos con un parcial de 10-2 para el 63-72, pero acto seguido vino la reacción a la reacción, y Brooklyn rompió la cuerda con un 4-15 que envió el marcador hasta un rotundo 67-87 con un triple de Landry Shamet. Entonces, Frank Vogel dio entrada en la pista a Marc Gasol, que no salió de inicio en el tercer cuarto porque el técnico angelino se amoldó tácticamente al equipo bajo propiciado por Nash.
Al final del tercer cuarto, 74-90. Y fue el 0-9 del inicio del último acto el que ya dejó todo visto para sentencia, y lo que permitió que Andre Roberson debutara con Nets jugando los 4 últimos minutos.
Ayudaron al triunfo jugadores como Shamet, Bruce Brown o DeAndre Jordan. Y los Nets defendieron. Sí, defendieron. Aunque hay que reconocer que el partido no fue particularmente intenso.
Lakers fue LeBron y poco más. James sumó 32 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias. Solo le acompañó en la aventura Kyle Kuzma con 16 tantos y 10 rebotes. El siguiente anotador fue Montrezl Harrell, con 10 puntos en 15 minutos.
Mal jugadores como Wes Matthews o Markieff Morris, digno Horton-Tucker, irregular pero pasable el siempre activo Caruso.
Mientras, Marc Gasol hacía 8 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias y 2 robos en 20 minutos tras meter 2 triples.
Brooklyn fue superior. Sin Durant y con Irving metiendo solo 16 puntos sin triple alguno, los Nets ganaron fácil a unos Lakers decepcionantes.