Los Pistons le sacaron los colores en la recta final del partido a unos Lakers desconocidos. Sin Anthony Davis y con LeBron James reducido a la mínima expresión en la segunda parte, Detroit resolvió en la recta final con un parcial de 16-0.
Los Lakers anotaron 14 puntos en el cuarto final y 34 en toda la segunda parte para perder 107-92 y encadenar como foráneos dos derrotas en 24 horas tras venir de un perfecto 10-0.
Mérito de Pistons y demérito de Lakers, una mezcla de ambas circunstancias resolvió el encuentro, aunque hay que reconocer que el demérito de los angelinos fue máximo, unos Lakers desfondados que parecieron en la segunda parte un equipo menor y en los minutos finales del partido una auténtica banda.
Parcial de 16-0 para ponerse los Pistons 104-87 a 2:30 del final y finiquitar el partido por las bravas. Ese parcial ofreció una ofensiva de Lakers mutilada hasta el esperpento y un trabajo defensivo del equipo de Frank Vogel bordeando el ridículo. Simplemente basta analizar las canastas de Pistons en los momentos cruciales del encuentro para corroborar el desaguisado visitante en la retaguardia.
En ese 16-0, un mate de Mason Plumlee solo bajo el aro, otro de Jerami Grant sin mayor oposición, otra cesta bajo el aro de Plumlee como si estuviera en un entrenamiento... canastas fáciles ante una defensa rota, y mientras tanto el aro local se le hizo a Lakers un círculo sellado. Pareció imposible durante un buen puñado de minutos que Lakers pudiera anotar un solo punto.
Cerró Lakers el último cuarto con 6 de 21 en el tiro de campo y 1 de 6 desde el triple cuando en los tres primeros cuartos había hecho mucho daño desde el tiro de 3 con un 11 de 22. Pero sobre todo cerró el partido Lakers dejando la peor imagen posible.
Montrezl Harrell aportó poco (lleva aportando poco en todo este inicio de temporada), Markieff Morris no hizo nada, Dennis Schröder dejó de producir tras el descanso, Kentavious Caldwell-Pope solo hizo una jugada recordable en el partido -un hachazo flagrante a Plumlee-, Marc Gasol se ha olvidado de encarar el aro y... lo que es más grave, sin Anthony Davis en acción, LeBron tuvo una horrible segunda parte, y desaparecido LeBron, desaparecieron los Lakers.
James había bordado el juego en el primer cuarto y se había ido al descanso con 20 puntos. Pues bien, anotó 2 en la segunda mitad y tras meter sin fallo sus primeros 7 tiros del partido... ¡luego ofreció una serie de 1 de 12! Sí, LeBron nos dejó la sensación de que es un ser de carne y hueso, a él también le pesa jugar a sus 36 años dos partidos en 24 horas.
El jugador que se salvó de la quema en Lakers fue Kyle Kuzma, que rindió muy bien en el tercer cuarto y terminó el partido con 22 puntos y 10 rebotes.
Del otro lado, los méritos de Pistons. Aplicados en defensa, contundentes en la fase final del partido, corales en su juego y ofreciendo una imagen ajena por completo a lo que está siendo su temporada.
Resucitó Blake Griffin con 23 puntos, 6 asistencias y 5 triples, hizo mucho daño desde el triple (6 de 9) Wayne Ellington, autor de 20 puntos, funcionó Mason Plumlee con 17 tantos y 10 rebotes y aunque Jerami Grant se quedó solo en 14 puntos, su trabajo defensivo merece todo el elogio. Además, 14 puntos en 20 minutos de Derrick Rose.
En Lakers, lo dicho, se salvó Kuzma y también Horton-Tucker. Nada más.
Marc Gasol no anotó, pero capturó 7 rebotes y dio 4 asistencias. Hay que insistir en que se ha olvidado de encarar la canasta, y eso redunda en su contra.
Lakers ha perdido dos partidos, eso es todo. Venía de un 10-0 como visitante, un ritmo insostenible. Pero no puede saltar ningún tipo de alarma. Eso sí, Anthony Davis no estará en su mejor momento, pero la sombra de su ausencia es siempre alargada.