Está de vuelta. Kyrie Irving ha regresado hoy a los entrenamientos y podría jugar mañana en Cleveland ante los Cavs, su exequipo. El díscolo jugador se ha perdido los 7 últimos partidos de su equipo, Brooklyn Nets, tras desaparecer sin dar explicación alguna.
Las explicaciones han llegado hoy a través de una entrevista vía Zoom, pero no esperen explicaciones complejas de una mente compleja como la de Irving. Se ha limitado a decir: "Necesitaba una pausa".
Irving, que se tomó esa pausa nada más empezar la temporada, no ha ofrecido ninguna explicación clara ni convincente que ponga en tela de juicio las críticas basadas en su falta de profesionalidad. Ha asegurado el jugador que tenía que atender asuntos personales y familiares sin entrar en más detalles.
Lo cierto es que lo único que trascendió de esos asuntos familiares fue su asistencia a una fiesta familiar bajo techo en la que se celebraban los cumpleaños de su padre y de su hermana, una fiesta sin distanciamiento ni precauciones en pleno desastre pandémico en Estados Unidos, una fiesta que le costó una multa de la NBA de 50.000 dólares por imcumplir los protocolos de salud y seguridad de la liga y que le llevó a dejar de ingresar más de 800.000 dólares por perderse un par de partidos al tener que cumplir cuarentena.
Kyrie ha señalado hoy que está feliz por estar de vuelta, lo que tendría que implicar que el jugador se va a vestir de corto de forma inmediata si su espíritu y el del equipo están en sintonía.
Ahora, Nets tiene dos partidos en Cleveland. Todo apunta a que será ese el momento en el que veamos juntos al trío Durant-Harden-Irving. Los dos primeros ya están demostrando que pueden funcionar como pareja. Ahora falta por ver si la incorporación de Irving potencia esa pareja o la distorsiona.