Se aleja de su imagen habitual de tipo calmado. James Harden está perdiendo los papeles fruto de su frustración por no poder salir de Houston Rockets, y la está pagando con algunos compañeros durante los entrenamientos.
Lo que cuenta Shams Charania (The Athletic) resulta poco edificante. Según el periodista, Harden habría protagonizado varios altercados verbales con sus compañeros en las prácticas del domingo y el lunes.
Esos enfrentamientos verbales habrían llegado a su apogeo en un duro intercambio con el novato Jae'Sean Tate, al que Harden llegó a intentar dar un balonazo.
El clima enrarecido existente en la franquicia en torno a Harden sigue aumentando. El jugador expresó su deseo de ser traspasado a un equipo con aspiraciones, pero a unas horas de empezar la competición sigue en Houston.
Harden llegó tarde a la pretemporada, incumplió antes de llegar a Houston los protocolos que fija la NBA, dio explicaciones peregrinas sobre sus estancias en Atlanta y Las Vegas, se mostró esquivo con los periodistas y cuando respondió a estos no salió de su boca ni una sola palabra amable hacia sus compañeros de equipo.
La actitud del jugador hacia la franquicia en la que ha estado 8 años y con la que ha logrado sus mayores éxitos como jugador resulta inadmisible, denota muy poca profesionalidad y anticipa una salida bastante fea de los Rockets.
Eso sí, mientras se prepara esa salida, Houston va a tener cada vez menos armas a la hora de negociar, ya que resulta evidente que el jugador quiere irse sí o sí y está dispuesto a llegar lejos en el proceso, lo que debilita la posición de los Rockets ante los equipos aspirantes a hacerse con el All-Star.