Estos playoffs son una locura. Lo que parece obvio deja de serlo. Lo que es increíble termina repitiéndose. Las remontadas en un abrir y cerrar de ojos están de moda. Los finales apretados, también. Este tercer partido fue de Denver. Pero casi se le escapa. Jamal Murray acudió al rescate. Para decidir el juego.
Denver dominó el partido. Ganaba por 20 puntos al inicio del último cuarto. Un matazo de Jamal Murray había puesto el 97-77. Ese matazo parecía simbolizar como pocas jugadas la naturaleza del partido. La defensa de Lakers era un desastre. Los angelinos ni estaban ni se les esperaba. Pero mira por donde todo dio un vuelco inesperado.
Lakers empezó a defender mucho mejor. Con Rajon Rondo y Alex Caruso presionando sobremanera desde la primera línea defensiva. Denver empezó a perder balones y más balones. ¡Hasta 8 cedió en el cuarto final! Lakers empezó a correr. Con LeBron James al frente. Partidazo el suyo. Y la ventaja de 20 se evaporó en un momento. Hasta quedarse solo en 3. Sí, Lakers se puso 99-96. Tras un parcial de 19-2 a su favor. Y tuvo un par de triples para empatar el partido. No entraron. Ahí pudo estar la clave. Hubiera sido el hundimiento de Denver. O no. ¡Vaya usted a saber con estos Nuggets!
Entonces, con los Nuggets con el agua al cuello, surgió Murray. Porque Nikola Jokic no fue esta vez el salvador de su equipo. De hecho, el serbio no anotó un solo punto en el cuarto final. Esta vez el héroe fue el canadiense. Murray al rescate. Murray, ¡qué está saltando hacia el infinito en estos playoffs!
Cuando todo se venía abajo, el base se hizo fuerte. Un triple a 2:17 del final. Para el 106-99. Una pedazo de asistencia para el mate de Paul Millsap. Quedaba 1:33. Y 108-99 en el luminoso. Otro triple para el 111-99. A 53 segundos de la conclusión. Partido cerrado. Victoria de Denver. Adiós al 3-0 de Lakers. La serie está ahora 2-1.
Los que auguraban unas Finales del Oeste modo paseo empiezan a recular. O no. A Denver le subestima casi todo el mundo. Pero Clippers está en la calle. Y Lakers aún no ha ganado.
Murray lideró el triunfo con 28 puntos, 8 rebotes y 12 asistencias. Jugó 44 minutos. Lanzó con acierto a canasta. Decidió el partido al final. Lo hizo todo bien. Bueno, todo no. El codazo a LeBron James en el tercer cuarto... totalmente innecesario. Flagrante de libro.
El segundo factor X de Denver fue Jeremi Grant. Esta vez no solo defendió, sino que también brilló en ataque. Se soltó en la ofensiva. Hasta los 26 puntos. Yendo 12 veces a los libres. Siendo agresivo y atrevido. Y el tercero fue el suplente Monte Morris. Metió 14 puntos en 20 minutos. Y lideró la segunda unidad de su equipo. Junto a la buena primera parte de Porter Jr.
Jokic sumó 22 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias. Pero frente a su enorme final en el segundo partido, esta vez tuvo un final invisible. No anotó en todo el último cuarto.
El mejor de Lakers fue, de largo, LeBron James. Inconmensurable el de Akron. Triple-doble de campanillas. En un partido de final de conferencia. Sumó 30 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias. Con 14 de 23 en el tiro. Y lanzando solo 2 tiros libres en todo el partido.
Anthony Davis se fue esta vez a 27 puntos. Pero no brilló tanto como otras veces. Apenas aportó en el rebote. ¡Solo capturó 2!
Algo aportaron en ataque Kentavious Caldwell-Pope y Kyle Kuzma. Pero vamos, un poquito y nada más. Kuzma sigue a años luz del jugador que se espera. Los demás aún menos en la ofensiva.
La defensiva fue el auténtico talón de Aquiles de Lakers. Encajaron 93 puntos en los tres primeros cuartos. Pero jugadores como Dwight Howard, Rajon Rondo y Alex Caruso se aplicaron al menos atrás. Eso sí, Caruso hizo 0 puntos con 0 de 6 en el tiro... hasta que anotó sobre la bocina cuando todos los jugadores habían dejado de jugar.
Lakers estuvo lamentable desde el triple (6 de 26). No estuvo fuerte en el rebote. Y perdió 16 balones. Aunque peor le fue a Denver, que perdió 18.
Tras un primer cuarto igualado, Lakers empezó a flaquear en el segundo. Frank Vogel arrancó el cuarto con un quinteto bajo. Con Markieff Morris y Kyle Kuzma como hombres más altos. Y fue un desastre. Denver endosó a Lakers un parcial de 15-2 sin Jokic en cancha. Para ponerse 44-29. Era el momento Monte Morris. Tremendo el base suplente de Nuggets.
La cosa fue incluso a más. Hasta un +18 para Denver. Con Howard ya en la cancha como antídoto de Jokic. Le pitaron una técnica. Se cargó de faltas. Volvió a estar sobreexcitado. Pero hizo un buen trabajo. Monte Morris seguía encendido. Davis sostenía a unos Lakers medio derrotados. Y los angelinos recortaron. Hasta el 63-53 del descanso. ¡Primera ventaja de Denver al descanso en los últimos 7 partidos! Lo suyo es remontar. Hoy fue al revés y casi pierden estos increíbles Nuggets.
Por cierto, al descanso Nuggets y Lakers eran dos mundos. Denver tenía a 5 jugadores en 9 o más puntos. Lakers solo tenía a Davis y LeBron por encima de los 5 puntos. Colectivo contra tándem estelar.
Vogel optó por Howard de inicio en el tercer cuarto. Y no le fue mal la cosa. Caldwell-Pope metió 5 puntos seguidos. Y Lakers acortó hasta el 63-58. El partido empezó feo en la segunda parte. Murray le dio un codazo reprobable a LeBron. Howard cometió su cuarta falta. Y Jerami Grant emergió aún con más fuerza que en la primera parte.
Los dos contra dos de Murray y Jokic hacían daño a Lakers. Lo hicieron durante buena parte del encuentro. LeBron luchaba para que su equipo no cediera. Pero Denver se volvió a ir. Hasta un +20. Resultado de 91-71 poco antes del final del cuarto. A la conclusión, 93-75. La defensa californiana por los suelos.
El último cuarto ya se ha esbozado. Del 97-77 y paseo militar al 99-96 y miedo en el cuerpo. Hubo un momento en el que Lakers fue un vendaval. Robaba, corría, anotaba. En un abrir y cerrar de ojos Denver pareció un equipo de la G League. No sabía por dónde le llovían los puntos. Gran parte de ellos al contraataque. Canastas fáciles. Canastas rápidas. Hasta que Jamal Murray impidió que estas finales del Oeste quedaran sentenciadas.
Ganó el equipo de Mike Malone, sí. El equipo que pudo ganar también el segundo partido de la serie. Los Lakers se aferran a la historia. Cada vez que empezaron ganando 2-0 una serie al mejor de 7... 43-1 a su favor. La única vez que no lo lograron fue en 1969. Pero Denver está rompiendo esquemas en esta burbuja. Con dos remontadas de 3-1. Este es otro mundo. No hay factor cancha. Cualquier cosa puede pasar. Este duelo está muy vivo.