Fue un dominio de principio a fin. Derrota demoledora de Houston para irse a casa. Triunfo apabullante de Lakers para meterse en la final del Oeste. Otra vez Lakers perdió el primer partido de su serie... y ganó los 4 siguientes.
Victoria en este quinto juego. Por 119-96. Unos cómodos 23 puntos de diferencia. Tras llegar a acumular una ventaja de 30. Un triunfo incontestable para vaciar de contenido a los Rockets.
Un éxito que incide en las cifras históricas de LeBron James. Con la de hoy... 14-0 para LeBron con sus equipos cuando estuvo 3-1 en una serie. Una estadística sin tacha.
Triunfo sin oposición. Con 29 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias de James. Con todo el quinteto inicial de Lakers en dobles dígitos anotadores. Con Kyle Kuzma como segundo anotador con 17 puntos. Desde la suplencia. Markieff Morris y Danny Green, importantes. El primero con 16 puntos. Y 4 triples sin fallo. El segundo con 14. Y 4 de 6 en triples. Sí, a Lakers le entraron los triples. Anthony Davis sumó 13 tantos y 11 rebotes.
En Houston, 30 puntos de James Harden. Después, la nada. Russell Westbrook y Eric Gordon, para olvidar. Russ sumó 10 puntos. Gordon hizo 5.
Lakers llegó a ir ganando por 30 puntos de distancia. Jugándose el último cuarto. La clave estuvo en el tercero. Houston se acercó a 6 puntos (65-59). Para terminar el cuarto 26 abajo (95-69). Parcial de 30-10. Abusivo. Turbador.
LeBron lideraba las operaciones. Pero los secundarios habían crecido. Markieff Morris, Danny Green, Kentavious Caldwell-Pope, a muy buen nivel. La defensa de Lakers, excelente. La ofensiva, fluida. El acierto desde el triple, demoledor. El dominio de los tableros, lógico.
Al otro lado, un equipo desintegrado. Harden solo. Ninguno de sus compañeros habían llegado a 10 puntos en los 3 primeros cuartos. Westbrook y Gordon, decepcionantes. P.J. Tucker, Robert Covington y Austin Rivers ya tenían problemas de faltas en el segundo cuarto. Al menos, el primero molestó la ofensiva de Davis. La defensa de Houston, en general, un auténtico coladero.
El último cuarto sobró. Los primeros puntos de Rajon Rondo pusieron 30 arriba a Lakers (101-71). El partido andaba ya errante. Sin más tensión que el cabreo de Russ con William Rondo, el hermano de Rajon. Un rifirrafe que acabó con la expulsión de William. Por trash-talking. El resto de sus compañeros, sin tensión. Depresivos. El ultra-small-ball hecho papilla.
El primer cuarto ya ofreció pistas de lo que iba a ser el partido. Fue un cuarto que sirvió para marcar tendencia. Parcial de 17-4 de inicio. Con LeBron James percutiendo desde la pintura. Y poniendo un taponazo a Westbrook.
Poco después, 23-7. Mediado el cuarto. LeBron llevaba 11 sin fallo alguno; Davis estaba en 0 porque no había tirado. Daba igual. El partido tenía dueño. McGee y Howard estaban de bromas y chascarrillos en la banda. La defensa de Houston brillaba por su ausencia. Y todo fue a peor... ¡33-11 en pleno primer cuarto! Lakers triplicando a Rockets en el luminoso. Cuando apenas había empezado el partido.
Al menos, Houston paró la sangría. Se fue al segundo cuarto perdiendo por 15 puntos (35-20). Tras un triple sobre la bocina de Ben McLemore. Lakers había metido 7 triples en el primer cuarto. Y el 72,2% de sus tiros de campo. Un auténtico aquelarre.
Pero en estos playoffs están reinando los vaivenes. La montaña rusa está de moda. Se relajó Lakers. Se metió por fin en la brega Rockets. Entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo... ¡17-2 para Houston! Marcador: 35-28. Solo 7 puntos. De 22 a 7. ¿Había partido? Parecía que sí. Pero no fue así.
Lakers apretó. Caruso, LeBron y Morris fabricaron una jugada de videojuego. El bueno de Caruso le plantó un monumental tapón a Harden. ¡Menudo gorro! Davis metió sus primeros puntos mediado el segundo cuarto. Y su primera canasta en juego a 2:47 del descanso. Houston tenía a Tucker, Covington y Rivers con 3 faltas. Harden perdía balones cuando le hacían un dos contra uno lejos de canasta. Al descanso, 62-51. ¡Porque McLemore volvió a meter el triple final!
LeBron y Harden llevaban 19 al descanso. Y la paliza no era mayor porque Lakers había perdido ya 13 balones. No había color.
El tercer cuarto nos dejó el momento más lúcido de Houston. Colocarse a 6 sembró cierta esperanza. Pero también fue el definitivo adiós a la competición. Tras pasar de perder por 6 a caer por 26. Ahí terminó todo.
Los minutos finales del partido sirvieron para ver en acción a Javale McGee, Dwight Howard y J.R. Smith. Los dos primeros, defenestrados parciales. Por las circunstancias de Rockets. El tercero, defenestrado total. Fuera completamente de la rotación de Vogel.
Mientras, Harden se mesaba la barba sentado en la banda. Solo. Tan solo como estuvo en ataque durante todo el partido. Rumiando el adiós a los playoffs. Sumido en sus reflexiones.
Sirvieron esos minutos finales también para ver la desolación del resto de los Rockets. Con gestos de haber recibido un crochet en la cabeza. Como si todo el sueño del ultra-small-ball se hubiera evaporado en unos días. Como si el baloncesto estuviera en progresión, pero con ciertas reglas elementales aún vivas. Sin soportar todavía la palabra revolución.