Era un día importante para Jusuf Nurkic. El jugador bosnio jugaba su primer partido de temporada regular en la NBA desde que se lesionara el 25 de marzo de 2019. Es decir, era su primer partido de competición en 16 meses.
Y le fue bien. Su equipo consiguió ganar no sin sufrimiento. A un rival directo en la lucha por los playoffs. Victoria en la prórroga ante Memphis Grizzlies. Por 140-135. Con titularidad. Con minutos. Y con grandes números para el pívot europeo.
Nurkic firmó 18 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias y 6 tapones. Completo como siempre. En 33 minutos.
Pero cuando se puso a hablar con los periodistas no había felicidad en su rostro. Más bien ofrecía sufrimiento. Y no era sufrimiento deportivo. Entonces llegó la revelación.
El bosnio dijo que estaba pasando los peores días de su vida. Su abuela está en coma. Por culpa de la Covid-19. Nurkic está para pocas historias. Pero su profesionalidad está por encima de todo. Como hoy ha demostrado en la cancha.