El Bucks-Sixers tuvo poca historia. El equipo imparable se llevó por delante al equipo en crisis, sin medias tintas, de forma clara, amparado por un Giannis Antetokounmpo que sometió al rival a su antojo con la ayuda de Khris Middleton.
Los Sixers volvieron a flaquear. Por si fuera poco, se quedaron sin Ben Simmons a las primeras de cambio. A los 6 minutos de juego el australiano tomó el camino de los vestuarios al sentir de nuevo molestias serias en la zona lumbar de la espalda. Y no volvió más a la cancha.
Sin Simmons y con un Joel Embiid que se metió durante el partido en problemas de faltas, los Sixers fueron una sencilla presa para los Bucks, que ganaron 119-98 para situarse con marca de 48-8 en una fantástica temporada.
El partido fue dominado siempre por el equipo local, pero Philadelphia aún aguantó el tirón hasta el descanso, llegándose al intermedio con 56-50 en el marcador.
El tercer cuarto resultó vital. Antetokounmpo salió como una moto, Embiid cometió su cuarta falta al poco de reanudarse el juego y los Bucks se escaparon en el marcador hasta firmar un parcial de 37-23 en los 12 minutos para terminar el período dominando por 20. A partir de ahí, ya no hubo competencia.
Anteto terminó el partido con 31 puntos, 17 rebotes y 8 asistencias tras jugar 29 minutos y Middleton ayudó con 25 tantos y 9 rebotes. Entre ambos, 22 de 32 en el tiro de campo. Eric Bledsoe y Brook Lopez aportaron en la primera parte y fue bueno el trabajo de Robin Lopez desde la segunda unidad en un equipo que asistió 35 canastas y que defendió con solvencia.
Los Sixers lanzaron 100 tiros, pero solo metieron 35. Embiid hizo 17 puntos y 11 rebotes con un pobre 5 de 18 en el lanzamiento. Milton y Korkmaz anotaron también 17 cada uno desde la segunda unidad. Y poco más que contar de una escuadra que no termina de arrancar.
Otro partido malo de Al Horford, noche gris de Tobias Harris y Josh Richardson, la lesión temprana de Simmons, el desatino ofensivo de Embiid... demasiados obstáculos en el camino para el equipo visitante, que sigue sin levantar cabeza.