Fue como cerrar un ciclo en un solo partido. D'Angelo Russell pasó por todos los pasos: se exhibió en la primera parte, dio un monumental susto en la segunda y consiguió regresar al juego para tranquilizar a todos.
La primera parte del Warriors-Mavericks fue un monumental duelo protagonizado por Russell y Luka Doncic.
Al descanso se llegó con un aparatoso 74-72 en el marcador. Russell ya llevaba por entonces 30 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 0 pérdidas de balón y 8 triples de 11 intentos, mientras que Doncic andaba en 25 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias y 5 triples.
Luego, ambos protagonizarían también el momento más tenso del partido. Se jugaba el tercer cuarto, hubo un balón dividido, Doncic y Russell llegaron casi al unísono a él y el jugador de Golden State chocó en plena carrera de cabeza contra el cuerpo del esloveno, sufriendo un tremendo latigazo en el cuello.
El resultado no fue otro que la alarma masiva. Porque el jugador quedó tendido boca abajo en la pista sin movimiento alguno, con los médicos revisando su cuello, la camilla al lado y los compañeros y rivales mirando con gesto de evidente preocupación, incluida la desolación de Doncic al ser protagonista involuntario de la jugada.
Aquí tenéis la jugada que dejó K.O. a Russell.
El momento tranquilizador llegó cuando Russell abandonó la pista por su propio pie, sin precisar la camilla.
Y aún más tranquilizador fue el volverle a ver de nuevo en la pista en el último cuarto, ya intrascendente. Hasta metió un triple más para acabar con 35 puntos y 6 asistencias en 30 minutos tras meter 9 de sus 14 intentos desde más allá del arco.
Eso sí, Warriors perdió 121-141 ante unos Mavs superiores, unos Mavs que ya se habían ido por 8 puntos cuando se lesionó D'Angelo y que tras su lesión arrasaron al rival jugando a su antojo.